Texas aprueba el mapa electoral de la discordia entre asedio policial y fuga demócrata
Tras 18 días prófugos, los legisladores regresaron al Estado vigilados por los Texas Rangers y no pudieron frenar la redistribución, que dará al Partido Republicano de Trump cinco escaños más
Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Jueves, 21 de agosto 2025, 06:03
En EE UU, el teatro y la política van de la mano. Cuando se fugaron de Texas para que la ausencia de cuórum impidiese la ... votación de una redistribución del mapa electoral que podría proporcionar cinco nuevos asientos al partido de Donald Trump, los demócratas sabían que solo lograrían demorar lo inevitable. Tras 18 días prófugos y dos asediados, la votación triunfó el miércoles en la Cámara Baja del Estado, por 88 a 52, y se reconciliará el jueves con la versión del Senado, para que el gobernador texano, Greg Abbott, pueda firmarla este mismo viernes.
«¡Trabajad lo más rápido que podáis para poner ESTE MAPA en el escritorio del gobernador lo antes posible!», demandó Trump desde su red, Truth Social. Los demócratas no se lo iban a poner fácil. Si bien las pataletas no podían impedir el resultado, en una asamblea legislativa donde los republicanos tienen mayoría, dispara la atención y alimenta la guerra nacional que se librará tan pronto como Abbott firme la ley.
«Ya no es cuestión de si vamos a jugar sucio sino de cuándo», advirtió el gobernador de California, Gavin Newsom. Los dirigentes de los Estados demócratas están decididos a replicar la maniobra de los conservadores en Texas para compensar los asientos al Congreso que el Partido Republicano ganará en ese territorio.
My message to @GregAbbott_TX: pic.twitter.com/Ej6qyO0wdP
— Governor Gavin Newsom (@CAgovernor) August 20, 2025
Actualmente la formación conservadora ostenta en Washington la mayoría de la Cámara Baja por solo siete escaños, 219-212, lo que obliga al líder de la formación a trabajarse el consenso de todos sus correligionarios. El desgaste habitual del poder hace que el partido en el gobierno suela perder la mayoría en la Cámara de Representantes durante las elecciones de medio mandato, que se celebran en noviembre del año que viene. Esa tendencia se remonta a noventa años atrás, incluso con presidentes tan populares como Barack Obama o Bill Clinton. Solo eventos tan extraordinarios como los atentados del 11-S tuvieron un efecto de cohesión como para que el grupo de George W. Bush ganase escaños en la Cámara.
Elecciones de 2026
Trump no parece estar dispuesto a perder el poder legislativo que proporcionaría a los demócratas el control de los comités y la capacidad para abrir investigaciones, reclamar documentación, convocar a declarar a miembros de su Gobierno, sostener debates incómodos y hasta lanzar un proceso de 'impeachment'. La fórmula más fácil para evitarlo es el 'gerrymandering', un viejo truco en la política estadounidense que permite rediseñar los distritos electorales de acuerdo a la conveniencia ideológica. Lo inusual es hacerlo en estas fechas, con un propósito tan descarado de cara a las elecciones del año que viene.
«¡Estamos listos para encontrarnos con Trump por dónde va, en el camino sucio!», proclamó la asambleísta texana Nicole Collier, en una transmisión en vivo de las redes sociales que llevaba a cabo desde los baños de la asamblea legislativa.
Poco después, en medio de un Zoom con el senador de Nueva Jersey Cory Booker, y el presidente del Comité Nacional Demócrata, Ken Martin, tuvo que interrumpir abruptamente la conexión cuando los guardias de la Asamblea Legislativa la amenazaron con cargos federales si no abandonaba inmediatamente los baños. Y es que después de ser prófugos durante 18 días, se habían convertido en rehenes. Collier y otros demócratas se habían negado a firmar la hoja de autorización para salir del hemiciclo custodiados por los rangers de Texas, por lo que se habían quedado atrapados en el mismo desde el lunes por la noche.
El rediseño de los distritos electorales de acuerdo a la conveniencia ideológica es un truco habitual en la política de EE UU, pero lo inusual es hacerlo en estas fechas, con las elecciones de medio mandato a la vuelta
Frente al asedio de la maquinaria republicana, decidida a que no volvieran a escapar antes de que se votara la ley, algunos habían decidido transformar la protesta en una «fiesta de pijamas por la democracia», durmiendo en el suelo con sus colegas. Collier se definió en las redes como «presa política» y convirtió así la anécdota en símbolo de la humillación que, a su juicio, pretendían infligirles los republicanos.
Los que aceptaron firmar el permiso policial para salir del recinto se vieron seguidos a corta distancia por las patrullas y hasta policías de paisano, como el que se coló en un supermercado de Austin, fingiendo que estaba de compras, mientras la asambleísta Linda García buscaba en las estanterías ingredientes para la cena. Mientras lo contaba por teléfono a Associated Press, la legisladora demócrata decía ver aparcados frente a su casa dos coches de cristales oscuros sin matrícula que la habían seguido por la carretera.
Golpe a la democracia
En el hemiciclo, los demócratas trataron de frenar la ley con decenas de enmiendas, todas derrotadas una tras otra, aprovechando cada intervención para denunciar lo que consideraban un golpe a la democracia. El rediseño electoral, dicen, diluye el poder de voto de las minorías, por lo que atribuyen también un espíritu racista a la medida. Y debatir mapas electorales antes de discutir la ayuda a los damnificados por las inundaciones era, dijeron, una humillación para las familias, algunas de las cuales se unieron a sus protestas en una batalla que trascendía con mucho lo local. Miles de manifestantes salieron a las calles en más de treinta Estados bajo el lema 'Fight the Trump Takeover' (Lucha contra el golpe de Trump), que tuvo especial intensidad en Austin, donde las pancartas llamaban a Abbott «ladrón de votos».
La derrota parlamentaria abre ahora dos guerras distintas para los demócratas texanos, a cual más difícil. Una, en los tribunales, con promesas de impugnar el mapa en cuanto sea aprobado. Otra, en las urnas, obligados a competir entre ellos mismos en distritos redibujados a conveniencia del adversario. El gobernador de California ha anunciado que romperá este mismo jueves con la comisión independiente que supervisa sus mapas, aunque tendrá que someterlo a referendo en noviembre. El 57% apoya su ofensiva, según una encuesta interna que ha filtrado Axios y que pone en duda el actor Arnold Schwarzenegger, que impulsó la creación de esa comisión cuando fue gobernador, precisamente para despolitizar el proceso.
Lo que empezó como una pugna por el cuórum en Austin se ha convertido en una ofensiva nacional sobre las reglas del juego democrático, con los mapas electorales como proyectiles de guerra.
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