Trump acusa a la ONU de sabotear su discurso y exige una investigación
Naciones Unidas concluye que el cámara de la Casa Blanca accionó accidentalmente el dispositivo de seguridad que detuvo la escalera y desvela que el equipo del presidente operaba el teleprónter fallido
Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Miércoles, 24 de septiembre 2025
Donald Trump, siempre amigo de las teorías conspiratorias y de todo lo que le sirva de arma arrojadiza contra sus adversarios, no piensa dejarlo escapar. ... La fatalidad quiso que el martes, tan pronto como él y su esposa pusieron un pie en la escalera mecánica que lleva a la Asamblea General de la ONU, se parase en seco. El mandatario estadounidense ha puesto a los servicios secretos a investigar el presunto sabotaje, que ya da «absolutamente» por hecho. En una publicación de Truth Social este miércoles exigió a la organización que preserve todas las cintas sobre el fallo de la escalera mecánica e insiste en que el «triple sabotaje» no pudo ser una coincidencia, como le ha dicho por carta al secretario general, António Guterres. «Con razón Naciones Unidas no puede hacer el trabajo para el que se fundó», acusó.
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La primera en alzar las sospechas fue su directora de comunicación, Karoline Leavitt, que se hizo eco en X de un artículo del diario londinense 'The Sunday Times', donde trabajadores de la ONU habían bromeado la semana antes sobre la necesidad de parar la escalera mecánica de la Asamblea General cuando llegase Trump para poder decirle que la organización no tenía fondos para reparaciones. Ese fallo es habitual en la que usan los empleados en el bloque de la secretaría general, un emblemático rascacielos anexo, donde los recortes que ha traído la congelación de fondos de EE UU ha provocado una situación de crisis en las instalaciones. Sin embargo, la que sube al edifico de la cúpula dorada donde se ubica el hemiciclo, de menor altura y menor uso, no había experimentado ese tipo de problemas. Hasta que llegó el presidente el martes, con un fotógrafo de la Casa Blanca avanzando marcha atrás por la escalera para capturar el momento.
La organización explicó que, al llegar arriba, el fotógrafo pudo activar inadvertidamente el mecanismo de seguridad diseñado para evitar que las personas u objetos en la escalera queden atrapados accidentalmente o sean arrastrados hacia el engranaje. El técnico de mantenimiento de la ONU se encontraba en la escena y reinició la escalera sin tener que efectuar reparación alguna, en cuanto los ilustres visitantes llegaron a la siguiente planta.
Amenazas
«Si la primera dama no estuviera en plena forma se hubiera caído», farfulló Trump desde el atril, dispuesto a hacer sangre de ese infortunio para redoblar sus ataques contra la organización, a la que venía decidido a demoler. Melania solo tardó un segundo en ver la cara de desconcierto a su alrededor para subir los peldaños a pie, pero su marido, al que luego le fallaría también el teleprónter, no pensaba desaprovechar la munición. «¡Eso es todo lo que me ha dado Naciones Unidas, una mala escalera y un mal teleprónter!», bramó en la Asamblea General. «Lo único que puedo decir es que quien esté operando el teleprónter está en graves problemas», advirtió amenazador.
Trabajadores de la ONU habían bromeado en un diario británico sobre la necesidad de parar la escalera mecánica cuando llegase Trump para poder decirle que no hay fondos para reparaciones
Leavitt repitió la amenaza este miércoles contra los «globalistas» de Naciones Unidas que puedan estar detrás de la cadena de infortunios. «Si descubrimos que fueron miembros del personal de la ONU quienes deliberadamente intentaron hacer tropezar -literalmente hacer tropezar- al presidente y a la primera dama de Estados Unidos, deberá haber responsabilidades para esas personas, y yo me encargaré personalmente de ello», amenazó.
Según la ONU, era el equipo de la Casa Blanca el que operaba el teleprónter durante su intervención, pero fiel a su estilo, el mandatario prefiere presentarlo como una muestra más de su capacidad intelectual para crecerse ante las vicisitudes y dar discursos extemporáneos. «Ambos incidentes hicieron mi discurso más interesante», se regodeó después.
Debate sobre el sonido
Lo que más le irritó fue, según contó él mismo el miércoles en Truth Social, que al bajar del atril preguntó a su esposa cómo lo había hecho. «No se escuchaba una palabra», le aseguró esta. En la parte final de su discurso, el canal de traducción al portugués se mezcló en dos ocasiones con la voz del presidente. La Casa Blanca considera, además, que el sonido de Trump en la sala era mucho más bajo que el de los ponentes anteriores. «No me parece una coincidencia», decidió Leavitt.
Como experto en 'reality show' y protagonista de un relato político construido sobre la puesta en escena, Trump siempre ha sabido convertir lo accidental en munición, por lo que la narrativa de agravio promete continuar. Para la ONU, el reto de demostrar que los fallos no fueron sinónimos de mala fe no es técnico, sino institucional. El republicano utilizará la investigación como una oportunidad para obligar al organismo a entrar en su juego.
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