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Dos activistas se abrazan tras conocer la imputación de cuatro policías en el asesinato de la afroamericana Breonna Taylor en Louisville en 2020
El Black Lives Matter importa, pero menos

El Black Lives Matter importa, pero menos

El movimiento a favor de la minoría negra tiene todavía un valor capital en la política de EE UU, pese a la caída de su popularidad

Caroline Conejero

Nueva York

Domingo, 23 de julio 2023, 18:15

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Las dramáticas protestas nacionales que agitaron las calles en los cincuenta Estados del país el verano de 2020 bajo el lema 'Las vidas negras importan' convirtieron a Black Lives Matter en uno de los movimientos más importantes de la historia estadounidense. La muerte de George Floyd a manos de agentes de la Policía de Minneapolis fue el detonante de la agitación de la comunidad negra que, tras una interminable serie de homicidios, exigía justicia y el fin de la brutalidad policial. La movilización aglutinó el apoyo masivo de una coalición nacional sin precedentes. El mundo escuchó y el clamor del Black Lives Matter (BLM) resonó entre las comunidades de color desde Europa y Latinoamérica, hasta Nueva Zelanda y la esfera árabe.

El BLM llevó su protesta al corazón de la capital en Washington, que se convirtió en el centro nacional del movimiento y en el blanco de la represión más dura del país contra los manifestantes. La plaza Black Lives Matter, estrenada en el centro de la capital por la alcaldesa afroamericana Muriel Bowser enfrente de la Casa Blanca, erigió su desafío directo al constante enaltecimiento del supremacismo blanco del entonces presidente Trump.

En respuesta, las fuerzas antidisturbios dispersaron brutalmente con gases lacrimógenos y a palos a los manifestantes pacíficos para que Trump, flanqueado por un general, pudiera hacerse la famosa foto frente a la deteriorada iglesia de St. John, con la Biblia en la mano.

El movimiento redobló su desafío a un presidente que amenazaba con movilizar al ejército con la convocatoria de una gran concentración en la capital. El 28 de agosto la nación dio su apoyo a la gran Marcha de Black Lives Matter en el Monumento a Lincoln, en la que el hermano de George Floyd habló a la multitud.

Casi cuatro años después de las históricas protestas nacionales que movilizaron entre 15 y 26 millones de personas, Black Lives Matter celebra este mes el décimo aniversario de su fundación, una fecha que coincide con un cierto bajón de popularidad.

Según los medidores sociales, alrededor de un 51% de los adultos en Estados Unidos apoya hoy al movimiento. En 2020, lo hacía un 67%.

La filosofía del BLM ha sufrido el desgaste de la demonización de la ultraderecha —negacionista del racismo sistemático en el país—, que ha acusado a sus simpatizantes de alentar la violencia contra la Policía. Como consecuencia, ha diseminado una contraideología bajo la etiqueta All Lives Matter, así como creado grupos de oposición. Los principales son Blue Lives Matter, en referencia a los uniformes policiales azules, y White Lives Matter, formado por nacionalistas blancos.

Credibilidad comprometida

El movimiento vio también comprometida su credibilidad como consecuencia de la confusión con otra entidad separada, con nombre y objetivos similares, la Fundación Black Lives Matter Global Network, cuya lucrativa gestión financiera, incluida la compra de mansiones, y falta de transparencia, causó gran controversia cuando emergió a la luz pública.

Contrariamente a la creencia general, Black Lives Matter es un movimiento político descentralizado enraizado en las comunidades locales. Alberga bajo su lema central una confederación informal de organizaciones que abogan por la justicia racial con propuestas positivas contra el racismo y la reforma policial.

BLM es también un lema, una consigna y una plataforma digital. Pero esencialmente, Black Lives Matter es un movimiento pacífico organizado que aboga por la desobediencia civil no violenta en protesta contra la brutalidad policial hacia los afroamericanos. A pesar de ello, en ocasiones se han producido incidentes tanto provocados con el fin de desacreditar al colectivo, como por parte de individuos violentos de la propia comunidad, como el tirador que mató a cinco policías en Dallas al final de una protesta de BLM en julio de 2016.

Aunque alcanzó su momento más intenso bajo la retórica del supremacismo blanco de la presidencia de Trump, no es paradójico que el Black Lives Matter se originara durante la presidencia del primer presidente negro de EE UU. Barack Obama, sino más bien una consecuencia.

Su elección como presidente suscitó de inmediato un considerable resurgimiento de los incidentes de odio y violencia racial, así como la movilización de grupos del supremacismo blanco como el Ku Klux Klan y el Consejo de Ciudadanos Conservadores. La extrema derecha agitó el descontento entre la clase trabajadora blanca, dañada por un aumento del desempleo a causa de la recesión económica, promoviendo un repunte en la venta de armas contra una supuesta amenaza del cambio demográfico.

Absuelto de asesinato

Pero sería la absolución judicial el 26 de febrero de 2012 de George Zimmerman, un blanco que por su cuenta mató a tiros a Trayvon Martin, un adolescente negro desarmado de camino a su casa en Sanford (Florida) el detonante que llevaría a la fundación de Black Lives Matter. El 13 de julio de 2013 tres afroamericanos, Alicia Garza, Patrisse Cullors y Opal Tometi fundaban el colectivo de respuesta a la violencia bajo la etiqueta #BlackLivesMatter con un llamamiento a través de las redes sociales a tomar la acción.

En 2020, el movimiento se involucró en el proceso electoral y, en 2021, un total de diecinueve Estados habían realizado ya reformas en sus departamentos de Policía para frenar los abusos de poder. Éste ha sido uno de sus grandes logros.

Hoy la conversación sobre la violencia contra negros y minorías sigue dominando el debate político nacional. Docenas de organizaciones han declarado su apoyo al movimiento, y de él han surgido otras organizaciones de activismo político y social. Este mes, diez años después de su fundación, el BLM ha consolidado su presencia en el espacio político, y aunque quede trabajo por hacer, todo parce indicar que continuará siendo un interlocutor político en las elecciones presidenciales de 2024 y los próximos años. No obstante, algunos medios advierten que este cumpleaños aparenta ser más un memorial que un aniversario.

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