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Un grupo de mujeres se divierte en un parque de Nueva York, con el 'skyline' de Manhattan al fondo. AFP

Biden extiende a todos los funcionarios federales la orden de vacunarse

El gobernador de Nueva York va más allá al eliminar la prueba PCR como opción y pide a la empresa privada que siga su ejemplo

mercedes gallego

Corresponsal. Bruselas

Jueves, 29 de julio 2021

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«Por favor, esté preparado para mostrar prueba de su vacunación para cenar dentro». El cartel que reza en la puerta del restaurante Dame en el Greenwich Village neoyorquino es una muestra más de cómo se cierra en EE UU el cerco sobre los negacionistas, o simplemente escépticos de las vacunas para el Covid-19.

El país que impresionó al mundo por su vertiginosa campaña de vacunación no pudo alcanzar su meta de la inmunidad de rebaño para el 4 de julio, como pretendía, y de hecho se ha quedado ligeramente por debajo del 50%. Ya ha pasado la época de los incentivos. Se han regalado vales de descuento, camisetas, entradas para partidos de fútbol, almuerzos, vales de cien dólares y hasta sorteos de un millón de dólares. Nada de eso ha logrado convencer a los escépticos, así que ha llegado la hora de obligarlos a entrar por el aro. O más bien, por la aguja.

Con la variante Delta convertida en la cepa predominante de todos los nuevos contagios, al alza en un 146%, los ayuntamientos de Nueva York y Los Angeles fueron los primeros en anunciar que obligarían a su personal médico a vacunarse o a mostrar todas las semanas un PCR negativo. En cuestión de días la idea ha prendido como la pólvora. Este jueves el presidente Joe Biden anunció que esa misma medida será aplicable a todos los funcionarios federales, algo que ha sido bien recibido en Washington DC, pero no en el resto del país.

EN SU CONTEXTO:

  • Una meta por alcanzar. El país no ha conseguido la inmunidad de rebaño para el 4 de julio y ha quedado por debajo del 50%

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, decidió subir la apuesta: «Todos los empleados de hospitales estatales tendrán que vacunarse. Punto. No hay opción de PCR», anunció. Cuomo alentó a la empresa privada a seguir su ejemplo con la coartada de la libertad empresarial que abre la Biblia del capitalismo. «Es un extraño principio libertario el que muestra disgusto por cualquier orden del Gobierno a los individuos, pero sostiene que los empleados no tienen libertad para elegir», se quejó en su editorial 'The Wall Street Journal'.

EE UU ha administrado casi 400 millones de dosis, pero un 30% de los adultos ha rechazado la vacuna que, por otro lado, no dispone aún de la total aprobación de las autoridades sanitarias. La Food and Drug Adminsitration (FDA) solo otorgó una autorización de emergencia que revisará cada diez meses, lo que sirve de argumento a los escépticos para rechazarla. «Si tan segura e importante es, ¿por qué el Gobierno no la aprueba totalmente?, se preguntan. «Yo me la pondré cuando me obliguen, o cuando ofrezcan 200 dólares», bromeaba Patricia Solano, manager de un restaurante.

Está cerca de las dos cosas. La ciudad de Nueva York ofrece ya cien dólares -algo que el presidente Biden quiere extender a todos los funcionarios federales-, y el alcalde Bill de Blasio ha advertido que el mandato para el personal sanitario es sólo el primer paso, porque poco a poco lo irá extendiendo a otros sectores. Cerca de 600 universidades de todo el país exigen ya prueba de vacunación a los estudiantes y profesores que quieran volver a las aulas. Grandes empresas como Google han aceptado retrasar la fecha para volver a trabajar presencialmente sólo para dar tiempo al personal a recibir la vacuna, obligatoria para volver a la oficina.

EN SU CONTEXTO:

  • 146% es el alza que están experimentando los contagios en Estados Unidos, en los que predomina casi en su totalidad la cepa de la variante Delta. En algunos Estados, como Louisiana, el miedo a esta mutación ha hecho que las vacunaciones aumenten entre un 10% y un 15%.

  • Google y Netflix ponen condiciones. Goggle ha avisado a sus 140.000 trabajadores en todo el mundo que la vacuna será necesaria para volver a la oficina. Netflix la pedirá al personal que trabaje en producciones en EE UU. Face book da a elegir entre vacuna y teletrabajo.

  • 400 millones de dosis se han administrado hasta ahora en el país, pero un 30% de los adultos ha rechazado la vacuna.

Netflix la requerirá a todo el personal que trabaje en producciones estadounidenses, el primer estudio en adoptar esa medida. Facebook dará la opción a sus 60.000 empleados de vacunarse o seguir en casa encadenados a las videoconferencias, y Lyft ha retrasado la fecha para volver a las oficinas hasta febrero, mientras que Twitter ha cancelado indefinidamente sus planes para reabrir las sedes de San Francisco y Nueva York.

Cruzar la frontera

Las medidas funcionan, pero también el miedo a la variante Delta. Estados como Louisiana, que experimentan desde hace dos semanas un importante aumento de las nuevas infecciones, han visto dispararse también el número de vacunados en un 10% o 15%. «Vemos a cada persona que se vacuna como una victoria», dijo a la agencia Associated Press Katherine Baumgarten, directora de Control y Prevención de Infecciones de una red de 40 hospitales. Los vacunados también se siente ganadores. Missouri, por ejemplo, sortea entre ellos 900 premios de 10.000 dólares cada uno.

Por el contrario, la vuelta de la mascarilla y la noticia de que Israel ha empezado administrar una tercera dosis de refuerzo a los mayores de 65 años que lleven más de cinco meses vacunados ha disparado el miedo entre ese sector de la población. Muchos están aprovechando la falta de coordinación de datos entre los distintos Estados federales para cruzar las fronteras estatales y recibir una dosis más de otra marca, a pesar de que las autoridades no han establecido aún que sea necesaria. No importa si tienen que mentir para conseguirla o incluso viajar a otro país. El miedo a la variante Delta puede más, particularmente después de que el Centro para la Prevención de enfermedades infecciosas (CDC) anunciase el miércoles que los vacunados también transmiten la enfermedad de la cepa Delta.

Por miedo o por la fuerza, el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo está decidido a que el 7 de septiembre, cuando el puente del Día del Trabajo ponga fin al verano, las oficinas y restaurantes vuelvan a bullir, esta vez llenos de vacunados, para que así se resarzan también las arcas del Estado. La economía ha crecido este último trimestre un 6,5%, marcando así el fin de la pandemia en lo que más importa en EE UU, el dinero.

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