Cadena perpetua al acusado del crimen de la joven italiana

Sus abogados, Claudio Salvagni y Paolo Camporini, avanzaron "por descontado" que recurrirán esta sentencia al Tribunal Supremo.

En una declaración espontánea antes de la sentencia, Bossetti consideró que es víctima "del mayor error judicial de toda la historia" y reivindicó su inocencia: "yo no soy un asesino", dijo.

El asesinato de Gambirasio, el 26 de noviembre de 2010, cuando tenía trece años, ha sido uno de los casos que más sonados de los últimos tiempos y para su esclarecimiento se llegó incluso a practicar una prueba genética masiva en toda una comarca.

El cadáver de la joven, de la milanesa Brembate di Sopra, se encontró 3 meses más tarde a 10 kilómetros de su pueblo con lesiones de arma blanca y un golpe en la cabeza y en su ropa, localizada un mes más tarde, había ADN masculino atribuido a "Desconocido 1".

Comenzó entonces una enrevesada investigación que llevó en primer lugar a la identificación de un joven con coartada, pues estaba en Perú el día del crimen, pero los investigadores concluyeron que el autor debía de ser un familiar suyo.

Tras extraer una muestra de saliva en unos sellos apuntaron a que el homicida era un hijo ilegítimo de Giuseppe Guerinoni, tío de dicho joven pero fallecido en 1999, y por ello practicaron un examen genético a más de 20.000 habitantes de la zona.

Sin resultados concluyentes, se exhumó el cadáver de Guerinoni y las pruebas practicadas señalaron que era el padre de "Desconocido 1" por lo que, tras repetir las pruebas en quinientos sujetos, se encontró a la madre de "Desconocido 1", la madre de Bossetti, que descubrió así quién era su verdadero padre.

El 16 de junio de 2014, los agentes policiales acudieron a una obra en la que trabajaba Bossetti y, aunque en un principio trató de escapar, finalmente fue arrestado y su juicio comenzó formalmente un año después, el 3 de julio de 2015 .

El fiscal Marco Martani ha sustentado su acusación sobre todo en la presencia de su ADN en la ropa interior de la muchacha pero también en una serie de indicios, como la presencia del furgón de Bossetti cerca del gimnasio donde Yara hacía gimnasia rítmica.

Además sobre el cadáver se hallaron fibras textiles compatibles con las del asiento del vehículo del condenado.