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La sobrecogedora imagen de las pertenencias de las víctimas de la estampida en Seúl

Zapatos, gafas, ropa... La Policía ha recopilado centenares de objetos de los fallecidos y heridos en la avalancha mortal de Hallowen

T. Nieva

Martes, 1 de noviembre 2022, 19:39

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Cientos de zapatillas ensangrentadas, gafas rotas, peluches... La policía de Seúl ha recuperado casi una tonelada y media de objetos perdidos durante la mortal estampida desatada en la noche del sábado en el bullicioso barrio de Itaewon durante la celebración de Halloween. Las familias de los 150 fallecidos, que esta semana están enterrando a sus seres queridos, pueden pasar a recogerlos a un gimnasio que antes se había utilizado como improvisada morgue. Ahora, el recinto está ocupado por hileras de efectos personales, cuidadosamente dispuestos y clasificados.

La mayoría de las víctimas perdieron la vida en un estrecho callejón, donde los cientos de congregados se vieron atrapados, pisoteados o aplastados hasta morir. Los equipos de rescate llegaron al lugar y empezaron a rescartar a las víctimas de entre la muchedumbre, en una frenética labor que dejó tras de sí zapatos perdidos y pedazos de ropa, rasgada para realizar las técnicas de reanimación.

En el gimnasio, la policía ha almacenado 260 prendas, incluyendo retales de disfraces de Halloween, y 256 pares de zapatos. También casi 160 aparatos electrónicos, como audífonos, airPods (una veintena) y decenas de relojes. La mayoría de los objetos están sucios, con restos de sangre.

Un hombre, visiblemente conmocionado, abraza con fuerza una prenda contra su pecho, mientras observa con atención varias de las reliquias encontradas en Itaewon: fotos que sus dueños solían llevar en la billetera, pasaportes, una peluca de Halloween... Entre los objetos perdidos hay una traducción al ruso de las 'Aventuras de Sherlock Holmes'; la embajada de Rusia en Corea del Sur indicó que tres ciudadanas rusas habían muerto en la estampida. «De junio a noviembre, clase a las 9.00 h.», reza un 'post-it' que estaba entre las páginas arrugadas de un cuaderno, como un recordatorio de que la mayor parte de las víctimas eran veinteañeras y estaban de fiesta con amigos.

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