La represión crece en Venezuela con la detención de al menos 30 opositores
Maduro afirma que prepara una alianza con Cuba y Nicaragua para defender su «soberanía» incluso «por las armas»
M. Pérez
Domingo, 12 de enero 2025, 22:30
La asistencia de los presidentes Miguel Díaz Canel y Daniel Ortega a la juramentación de Nicolás Maduro sirvió para algo más que contemplar cómo se ... abrazaban las tres principales autocracias de Latinoamérica. El presidente venezolano ha revelado este fin de se semana que su país se prepara junto a Cuba y Nicaragua para «tomar las armas» y defender los «derechos hstóricos de nuestra patria» en caso de que perciban cualquier amenaza extranjera a su «soberanía».
El líder chavista lanzó esta advertencia al término del denominado Festival Internacional Antifascista del Nuevo Mundo. Un acto más de los muchos que han proliferado de ensalzamiento al mandatario y al régimen a raíz de la investidura presidencial del pasado viernes. Maduro condecoró también a los 34 colaboradores, altos cargos y empresarios que fueron sancionados ese día por la Unión Europa, EE UU y el Reino Unido como símbolo de su rechazo a la juramentación.
«Sigan ganándose sanciones, espero que se ganen nuevas, que aquí son reconocimientos», retó el mandatario ante la satisfacción de los galardonados. Entre ellos figura el ministro de Defensa, Vladímir Padrino, por cuya captura Washington acaba de ofrecer 15 millones de dólares; el presidente de la petrolera PDVSA, Héctor Andrés Obregón, y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Caryslia Beatriz Rodríguez. La magistrada ha sido una autoridad clave en el proceso para legitimar la victoria de Maduro y desestimar las actas electorales que adjudicaban el triunfo al opositor Edmundo González Urrutia,
El líder chavista continúa lanzando así órdagos a la comunidad internacional, a la que este domingo advirtió de que «no somos líderes tibios». Pero también dirige sus pasos a la disidencia interna. Los expertos en política venezolana creen, a la vista de los últimos meses, que la ausencia de respaldo social por la vía de las urnas -evidenciada en los comicios de julio pasado- la reemplaza ahora el mandatario con la fuerza y la represión. La líder opositora María Corina Machado coincidió este domingo con esta apreciación al denunciar el «secuestro» de más de una treintena de personas desde las movilizaciones celebradas hace cuatro días en contra de la juramentación. La mayoría han tenido carácter selectivo y los ha llevado a cabo el nuevo cuerpo de civiles armados, en vez de por la Policía Nacional Bolivariana, encargados de peinar todo el país: Portuguesa, Táchira, Bolívar, Yaracuy, Lara, Trujillo, Zulia, Monagas, Distrito Capital, Miranda, Carabobo, Cojedes y Aragua.
El Foro Penal ha constatado el aumento de la represión, con 79 detenidos desde el 1 de enero. Entre los últimos figuran Julio Balza, periodista e integrante del equipo de Corina Machado, y Manuel Muñoz, coordinador de Vente Joven en Caracas. Las condiciones en prisión son extremas. En algunas de ellas solo se permite a las familias llevar a sus allegados un bidón de agua de cinco litros y un paquete de galletas cada quince días.
El líder chavista pudo ordenar que dejaran libre a Corina Machado
La teoría de que la extraña detención temporal de María Corina Machado obedeció a un enfrentamiento entre Maduro y su ministro del Interior, Diosdado Cabello, cobra fuerza en el país. La líder opositora fue interceptada el pasado jueves cuando abandonada el distrito venezolano de Chacao tras salir de la clandestinidad y arengar a los participantes en una manifestación. Iba en un convoy de tres motocicletas y la Policía Nacional Bolivariana les cerró el paso y arrestó, no sin antes herir de bala al piloto de Corina.
Dos policias subieron a la dirigente en otra moto y se dirgieron a la sede de la Policía, pero «repentinamente se detuvieron» y le dijeron que habían recibido órdenes de dejarla marchar. Antes, grabaron un vídeo para demostrar que se marchó con vida. Según ha trascendido, fue el propio Nicolás Maduro quien pudo dar la orden a Cabello para evitar una mayor respuesta crítica internacional.
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