Borrar
Directo Pimienta analiza el partido de este sábado ante el Barça
Lula da Silva se dirigió esta semana a los gobernadores de los 27 Estados de Brasil
Un informe avisó al Gobierno de Brasilia del riesgo de un asalto dos días antes

Un informe avisó al Gobierno de Brasilia del riesgo de un asalto dos días antes

Inteligencia advirtió a la Dirección de Seguridad Pública dirigida por Anderson Torres, que fue detenido ayer por posible connivencia en el golpe

D. escorcia/M. Pérez

Sábado, 14 de enero 2023, 20:15

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los servicios de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad de Brasilia alertaron del riesgo de un asalto contra el Legislativo, el palacio presidencial y el Tribunal Supremo de Brasil dos días antes de que ocurriera. El informe fue enviado al director de este departamento, el anterior ministro de Justicia, Anderson Torres, que ayer mismo fue detenido por la Policía a su regreso de Florida, donde ha pasado unos días de vacaciones junto al expresidente Jair Bolsonaro. A su vez, un juez ha decidido investigar a éste último por su presunta relación con los turbulentos disturbios ocurridos el domingo pasado. Se estrecha así el cerco judicial sobre la cúpula política del bolsonarismo, además de reforzarse la tesis de que el asalto no fue espontáneo, sino fruto de una minuciosa planificación para dar un golpe de Estado contra el Gobierno del izquierdista Lula da Silva.

El informe del espionaje, según revela el diario 'Folha de Sao Paulo, advierte a la jefatura de Seguridad Ciudadana liderada por Torres de la concentración de manifestantes en Brasilia con «la intención de practicar actos de violencia». Añade que la muchedumbre tiene tintes «alarmantes», con miles de personas llegadas de otros puntos de Brasil cuya intención consiste en «sitiar» la capital y desencadenar la «toma del poder» y la ocupación de las instituciones que «representan a los tres poderes» que se sustentan la democracia.

Inteligencia remitió el documento a Anderson Torres el 6 de enero, dos días antes del asalto. Sin embargo, lejos de diseñar un plan de contingencia, el dispositivo de seguridad de Brasilia se redujo de manera significativa, según explicó tras los incidentes el nuevo ministro de Justicia, Flavio Dino. Además de rebajar el número de policías en la Explanada de los Tres Poderes, donde se ubican las sedes institucionales, también se habrían aminorado las regulaciones para limitar la afluencia de gente a la zona.

El Tribunal Supremo ya ordenó el pasado martes la detención de Torres, al considerar que el asalto necesitó de la «anuencia y hasta la participación efectiva de las autoridades competentes de la seguridad pública y la Inteligencia». El servicio de espionaje, sin embargo, trataría de demostrar que sí actuó para detener el golpe.

El exdirector de Seguridad Pública se encontraba con su familia oportunamente de vacaciones en Florida cuando tuvo lugar el ataque. El veterano político, ministro de Justicia en el anterior gabinete y declarado bolsonarista, anunció entonces que se entregaría ante la Justicia y lo hizo efectivo en la mañana de ayer cuando llegó al aeropuerto de Brasilia en un vuelo procedente de Miami. En la terminal le esperaba la Policía Federal.

En principio, sobre Torres pesa una acusación por «omisión del deber» y presunta «connivencia» con los asaltantes. Pero todo podría agravarse. La Policia ha localizado en su casa una propuesta de decreto enfocada a revertir el resultado de las elecciones que dieron la victoria a Lula. El informe apostaba por invocar un artículo de la Constitución que, en su imaginario, hubiera permitido la continuidad de Bolsonaro para garantizar la «paz social» hasta que una comisión especial verificase si el proceso electoral había contenido irregularidades o fue legal. Sin embargo, juristas brasileños aseguran que la validez de esta estrategia es nula y su aplicación hubiera resultado «inconstitucional», aunque los expertos no dudan de que hubiera alimentado la conflictividad social.

El exministro Torres es, de momento, el cargo más relevante detenido. Pero la Justicia está ahora tras los pasos del propio Jair Bolsonaro. El Tribunal Supremo ha refrendado la petición de la Fiscalía General de incluir al expresidente en las investigaciones bajo la presunción de actuar como un autor intelectual del intento del golpe.

De forma parecida a Donald Trump, al líder ultraderechista podría haberle traicionado su afición a hacer declaraciones en las redes sociales. Los fiscales han presentado como indicio un vídeo fechado el 10 de enero en el que Bolsonaro cuestiona una vez más las elecciones presidenciales de octubre. El dirigente ultra continúa en Florida, aunque ha anunciado su intención de regresar a Brasil. Su abogado niega que tenga vinculación alguna con los hechos de Brasilia y atribuye los disturbios a la existencia de «infiltrados».

Medio Brasil preveía que habría actos vandálicos con el objetivo de anular el resultado de las elecciones. Con un Parlamento de mayoría derechista, con la amenaza de militares amigos de Bolsonaro y con medio país en su contra, la pregunta que muchos se hacen es: ¿Podrá el líder izquierdista gobernarlo? ¿Podrá realizar la reconstrucción que prometió? ¿Es posible el Brasil feliz con el que siempre sueña Lula?

Con todo este hervidero, el presidente parece haber logrado la unidad de la mayoría de partidos para defender la democracia, pero en el Parlamento sabe que la mayoría es de derechas. No obstante, existe la idea de que el intento de golpe acentuó el aislamiento de Bolsonaro y que Lula se ha fortalecido con el apoyo de gobernantes y de la comunidad internacional. Otra voz que ve con optimismo el futuro del Ejecutivo es la de Mark Mabius, uno de los gestores más cualificados de la industria para invertir en mercados emergentes. En una entrevista a 'Folha de Sao Paulo', señala que «la guerra del terror puede unir a los brasileños en torno a Lula» y asegura que la reacción de la sociedad es positiva y atractiva para los inversionistas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios