Al menos 10 muertos y 70 detenidos en una violenta jornada en Ecuador

Y pese a todo, nada ha cambiado. Ni siquiera con el estado de excepción y el toque de queda nocturno decretados por el presidente, Daniel Noboa. Se repiten los atentados con explosivos, los secuestros de policías, los niños se ven obligados a seguir las clases de forma telemática y los presos se fugan de las cárceles sin que nadie se lo impida. Entre los últimos evadidos se encuentra Adolfo Macías 'Fito', líder de la banda criminal Los Choneros, que cumplía una condena de 34 años, uno de los grandes responsables de la ola de violencia.

Noboa, exlegislador e hijo de uno de los hombres más ricos del país, asumió el cargo en noviembre con la promesa de recuperar el orden. Pero se siente impotente y ha vuelto a recurrir a herramientas excepcionales -como el despliegue del ejército- que ya dieron escaso rédito a su predecesor, Guillermo Lasso.

El nuevo presidente ha dicho que no negociará con «terroristas» y ha atribuido los recientes incidentes de violencia carcelaria al plan para construir una nueva prisión de alta seguridad para recluir a los líderes de pandillas. Incluso planea realizar un plebiscito centrado en los esfuerzos de seguridad.

Las distintas autoridades locales también están desbordadas y solicitan la presencia de las Fuerzas Armadas en las «instalaciones estratégicas». Así lo reclamó el alcalde de Quito, la capital. Pabel Muñoz cree que Ecuador «atraviesa una crisis de seguridad sin precedentes» y ante la cual es necesario que el Estado tome las riendas para «precautelar el derecho a la vida».

Es tal la gravedad de la situación que vive el país sudamericano, que la fiscal general del Estado, Diana Salazar, habla de «metástasis» del cáncer del tráfico de drogas detectado antes en otras regiones del entorno. Sus palabras se confirmaron hacia las 14.00 horas de este martes cuando un grupo de hombres encapuchados, armados con fusiles y granadas irrumpió en un estudio del canal de la televisión pública TC en Guayaquil mientras se emitía en directo. «No disparen por favor, no disparen», se escuchó decir a una mujer en las imágenes, mientras otras personas sentadas en el piso se cubrían el rostro.

«Estamos en el aire para que sepan que no se juega con la mafia», llegó a proclamar uno de los asaltantes. Apenas unos minutos después, tras escucharse unos disparos y retransmitir la llegada de la Policía la cadena suspendió la emisión de su señal. Algunos de sus periodistas hicieron uso de sus redes sociales o plataformas de mensajería para pedir ayuda. «Por favor, entraron a matarnos», escribió una reportera. El Gobierno confirmó más tarde la evacuación de las instalaciones y la detención de varias personas.

De inmediato, el presidente Noboa declaró al país en situación de «conflicto armado interno» como medida para enfrentar a bandas del narco. «He firmado el decreto ejecutivo y ordenado a las Fuerzas Armadas ejecutar operaciones militares para neutralizar a las organizaciones criminales», expresó a través de X. El decreto presidencial incluye la identificación de diferentes grupos del crimen organizado como «organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes». Entre ellas, apunta directamente a Ak47, Caballeros Oscuros, Choneros, Los Lobos o Latin Kings. De acuerdo con las autoridades, Los Choneros se dedican al narcotráfico, la extorsión, el sicariato y el tráfico de armas, entre otros delitos, y están enfrentados a otras bandas como Los Tiguerones o Los Lobos, responsables del asesinato el pasado verano del candidato presidencial Fernando Villavicenci.

El país estará en estado de excepción durante 60 días pero las medidas no parecen ser suficientes tras unas últimas horas que ha dejado al menos diez muertos, entre ellos dos agentes de Policía Nacional de Ecuador. La mesa de trabajo liderada por el alcalde de Guayaquil, epicentro de una violencia que salpica a todo el país, ha informado de que también se ha registrado la toma de cinco hospitales así como daños en infraestructuras y vehículos. Además, las autoridades han comunicado la liberación de tres agentes que habían sido secuestrados en la ciudad Machala, en el sur del país, en un incidente en el que han detenido a una decena de personas implicadas «en estos actos de terrorismo».

La ola de violencia que recorre el país, mantiene en alerta a todos los países del entorno que han mostrado su apoyo al gobierno de Noboa. Perú, eso sí, ha declarad el estado de emergencia y a ordenar el despliegue de las Fuerzas Armadas para fortalecer las tareas de vigilancia de la Policía Nacional (PNP) en toda la frontera norte del país.