«¡Y hay que ver cómo de bien se come aquí!»
Miércoles, 23 de febrero 2011, 12:59
Los 18 científicos que partieron desde la capital grancanaria el pasado mes de enero en el buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa dentro de la expedición Malaspina acaban de completar la primera parte de su investigación. Además de conseguir un récord por recoger muestras a 5.900 metros de profundidad, relatan en un blog sus vivencias diarias en alta mar. María del Mar Díaz es una de las tripulantes que se embarcó en el buque Sarmiento de Gamboa el pasado enero desde Gran Canaria para participar en la Expedición Malaspina. Sólo lleva un mes en alta mar, pero asegura que «la mar» ya le ha brindado importantes enseñanzas que espera poner en práctica a su vuelta.
Ella se ha unido al resto de la tripulación que ha decidido contar en un blog sus actividades en el Océano Atlántico, sobre todo su día a día sin pisar tierra, sin móviles y casi sin contacto con el exterior. «Levantarte a desayunar y tener los sentidos alerta para que el balance no dé al traste tu primer bocado es un desafío para mis reflejos. Por no hablar de los pequeños mareos...»,cuenta en una de sus jornadas.
Lola Pérez, que acaba de obtener una beca de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) para realizar su tesis doctoral, tiene guardia en el barco de 08.00 a 12.00 horas y de 20.00 a 24.00 horas.
«Aunque salgo a las doce, me suelo quedar trabajando, porque a la una y media se come, ¡y cómo de bien se come!».En una de sus guardias, prepara la roseta (donde se recogen las muestras del mar) para bajarla al agua, y vigila desde el ordenador que los datos que se recopilan durante el ascenso y el descenso sean correctos.
Alejandro Caballero, de la Universidad de Cádiz, saluda desde el Paralelo 24. «Por las noches siguen los calamares, y ayer había uno de más de un metro de cuerpo. Eso sí, el aparejo ni lo miraba, y eso que casi de le da en la cabeza».
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