Viaje al Teide que vio Humboldt
Como la mayoría de científicos que pasaron por Canarias, Alexander von Humoldt apenas estuvo seis días en Tenerife, suficientes como para desarrollar, gracias a sus observaciones y al ascenso que hizo al Teide, su teoría de los pisos de vegetación. Un documental, dirigido por Javier Trueba, revive con Juan Luis Arsuaga aquel viaje. Un impulso viajero» como el que tuvo Alexander von Humboldt en el sigo XVIII fue el que llevó al paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga y al cineasta Javier Trueba a embarcarse en la aventura, que dura ya varios años, de recorrer el mundo para «ver y contar cosas que la gente no suele ver», decía ayer Arsuaga minutos antes de que se estrenara en Santa Cruz de Tenerife el documental Humboldt en el Teide, en el que, tomando como punto de partida la expedición que hizo en 1799 el geógrafo y naturalista alemán para subir hasta el volcán, «enseñar la que está considerada una de las grandes maravillas naturales del mundo desde un punto de vista más profundo, interpretando el paisaje único que se ofrece al viajero».
Humboldt en el Teide es un de los capítulos de la serie Cuadernos de Viaje que ha rodado Trueba con Arsuaga como narrador. En tono divulgativo, con un lenguaje sencillo y personal , Arsuaga revela las impresiones, sensaciones y todo lo que le conmueve de los lugares que visita, pero, además se profundiza en aspectos geográficos, históricos, sociales, antropológicos y culturales de esos lugares.
En su ascenso al Teide, Arsuaga y Trueba van «más allá de la contemplación para llegar a la comprensión», tal y como hizo Humboldt, que aprovechó los días que estuvo en Tenerife rumbo a América para sentar las bases de su obra científica, «el germen de la biogeografía», decía Arsuaga admirado de que tras Humboldt todos los naturalistas, incluido Charles Darwin -que no pudo desembarcar- pasaron por la Isla que se convirtió en algo así como «la piedra Rosetta de la biogeografía».
«Tenerife fue el primer contacto de Humboldt con la flora de América en el Jardín de Aclimatación; con la flora local y con los pisos de vegetación», recordó ayer Arsuaga, contento de que el documental ayude al naturalista y también a que se visite el Teide «entendiendo lo que se ve».