Borrar
Una vecina, contra el ruido en Canalejas

Una vecina, contra el ruido en Canalejas

A.R.

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Pasa las noches sin dormir, sus hijos no pueden permanecer por la noche en sus habitaciones y cuenta con partes médicos que demuestran que la falta de sueño y el estrés están afectando tanto a ella como a uno de esos niños.

Manoli García, una vecina de la zona de Canalejas, en la capital grancanaria, está «desesperada» por los ruidos que tiene que soportar casi todas las noches procedentes del Bar Fetén, propiedad de la entidad Fetén Canarias S.L.L, y por ello ha presentado multitud de denuncias ante la Policía Local y la oficina de atención al ciudadano del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en busca de una solución.

Manoli cuenta que incluso la ambulancia ha tenido que atenderla en su propia vivienda por ataques de nervios, y que a pesar de que la Policía le ha notificado a sus propietarios órdenes de precinto de los televisores del establecimiento, «ellos vuelven a meterlos y a poner partidos de fútbol casi en la calle y tener el bar abierto hasta la madrugada, teniendo que soportar el ruido de la música y de la gente que luego que se queda en la calle haciendo de todo, y esto día tras día».

Según relata, todo comenzó hace tres años, cuando el negocio cambia de dueños y comienzan los ruidos. Manoli, embarazada de ocho meses, trató de convencerlos para que bajaran la música y tras varios intentos, llegó a un acuerdo mediante el cual ellos le abonaban el traslado y la fianza para otro piso y que se pudiese mudar a otro sitio.

Finalmente no lo llevó a cabo porque, tal y como recuerda, «sólo ingresaron una parte, y ahí comencé a presentar denuncias ante la Policía Local. También he acudido a Menores porque mis hijos no pueden dormir en su habitación y uno de ellos está depresivo. En una de las denuncias, me piden que la retire y lo hago de buena fe, pero el problema continuó». La afectada también asegura que desde el Ayuntamiento le dicen que el local no tiene licencia para la música, por lo que no entiende por qué la administración, con órdenes de precinto por medio, «no hace nada». Ahora, los propietarios del bar le reclaman a Manoli el dinero que le ingresaron, por lo que estudia acudir a la vía judicial. «Me siento sola en esta lucha».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios