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María José Pallarés
Jueves, 1 de enero 1970
Indignación entre vecinos y animalistas tras descubrir que un perro pasa muchas horas encerrado en un vehículo en Vecindario bajo un sol que raja las piedras, hecho que se repite hace días. La Guardia Civil, que dice que romper la ventanilla sí sería delito, cree que no hay maltrato porque el perro no está mal. «Actuarán cuando muera», dicen.
La polémica está servida desde que el pasado viernes, varias protectoras de animales, alertadas por los vecinos, denunciaban la presencia de un perro encerrado en un vehículo turismo cerca de la biblioteca de Vecindario, con la única ventilación del aire que entra por la pequeña ranura en una ventana delantera. Bajo un sol de justicia, el animal, agazapado en el maletero sin posibilidad de pasar a los asientos anteriores, permanece casi a diario durante muchas horas, según testigos, un episodio que se repite además durante semanas, o incluso meses, según residentes en la zona.
Desde el mismo viernes, distintos colaboradores animalistas de Santa Lucía y otros municipios, pusieron en aviso a la Policía Local y a la unidad del Seprona de la Guardia Civil, que intentaron localizar infructuosamente al propietario del vehículo y dijeron que le dejarían una notificación.
Pero pasado el fin de semana, María Rodríguez Pérez, voluntaria de una de las protectoras, relata: «Me encontré el mismo escenario. Desde primera hora el coche ya estaba aparcado en el mismo sitio con el perro dentro. Fue ya cuando volvimos a alertar a los agentes, que acudieron nuevamente para comunicar que ya habían localizado al propietario y requerido para que acudiese al lugar. «Mi primera intención fue decirles que rompieran la ventanilla porque no sabíamos desde qué hora estaba encerrado», pero nos comunicaron que el perro se encuentra en una propiedad privada y no pueden actuar», explica Rodríguez, que puntualizó que si es ella quien rompe la ventanilla, la sanción administrativa «me cae seguro». O sea, que hay que esperar a que muera el animal para luego actuar». !Qué leyes tenemos¡».
Mientras el animal continuaba encerrado, sobre el mediodía aparecieron al mismo tiempo agentes de la policía local y del Seprona, coincidiendo con el propietario del perro y coche, que portaba un recipiente con agua. En ese momento, los agentes de la Benemérita procedieron a sacar al animal del maletero y realizaron una primera inspección ocular. Según fuentes oficiales de la Guardia Civil, no presentaba ningún tipo de secuelas físicas por inanición ni tampoco tenía síntomas de deshidratación, por lo que se considera que no hay maltrato animal y no habrá sanción. Ordenanzas como la de Ingenio, recoge multa y retirada del animal en casos así.
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