Borrar
Un derbi en las entrañas de Vicente

Un derbi en las entrañas de Vicente

Miércoles, 24 de septiembre 2014, 22:06

Vicente Gómez es uno de esos personajes que a la hora de hacer futuras retrospectivas sobre el derbi tendrá un peso gigante. El centrocampista se elevó por encima de todos para dar la victoria a la Unión Deportiva el pasado mes de mayo; el partido había agotado su tiempo reglamentario cuando cabeceó un centro que se coló en la meta del Tenerife. Su explosión de júbilo, las lágrimas poblando su rostro y los brazos cruzados en un gesto cómplice con sus amigos presentes en la grada, con los que hace no muchos años acudía al Gran Canaria a animar a Las Palmas. Su devoción.

Gómez es uno de los futbolistas que más adoran la heráldica del representativo. Ha pasado menos años que otros protegida por ella. Llegó al equipo C de categoría regional procedente del Huracán ya superando la edad juvenil. Pero un leal seguidor desde muchos atrás.

Un ejemplo ilustra su vínculo afectivo con la amarilla. Cuando aquel maldito 22 de junio Uli Dávila ironías del destino, el domingo de nuevo como rival pero vestido de blanquiazul perdió el habla durante horas. Quedó petrificado de cuerpo presente en uno de los peores golpes que ha recibido Las Palmas en más de seis décadas de vida, después de haber acariciado el onírico pasaje hacia Primera División.

Cuando Vicente pudo dar corriente a sus articulaciones y se dirigió al vestuario apenas se detuvo. Tiró las botas con las que había jugado a la basura, fue a por su vehículo aún con el traje de futbolista puesto y se marchó a su casa. Al llegar estaban repitiendo en televisión el partido y, con el dolor lacerante aún presente, se sentó a verlo de nuevo.

Solo un mes antes, Gómez había sido el catalizador de las ambiciones de ascenso de Las Palmas. Una jornada antes había hecho los dos goles de la victoria en Zaragoza y llegó al derbi sentado en el banquillo por decisión de Sergio Lobera. Salió luego para resolver. «Pudimos brindarle el derbi a la afición y, por mi parte, más no puedo pedir. Me fastidió quedarme fuera del once, pero después entré y pude hacer el gol decisivo. Todo ha sido muy bonito», indicó el día después a este diario.

A pesar de toda aquella explosión de felicidad, Gómez esta semana se ha mostrado cauto y con mucho respeto al Tenerife. Ni siquiera cree en la casualidad. Cuando se le recuerda que la anterior ocasión en la que Las Palmas fue al Heliodoro como líder acabó ascendiendo a Primera División muestra su cautela. «Cada vez que tenemos algún dato estadístico a nuestro favor acabamos perdiendo. Así que mejor no creer mucho en las casualidades», manifestó esta misma semana.

Gómez espera jugar en el Rodríguez López. Un estadio en el que todavía no ha podido ganar, como todos sus compañeros a excepción de Ángel López. Sin embargo lleva con resignación la inquietud. Él mismo ha reconocido que en comparación con otros compañeros no es un titular garantizado. De hecho, su alternancia con Roque en las alineaciones es una de las pocas ideas en las que Paco Herrera no tiene foto fija.

Él, por contra, no desespera. De hecho, está semana valoraba que una de las grandes virtudes del entrenador catalán es su justicia con la elección de las alineaciones.

Sigues a David Ojeda. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 Un derbi en las entrañas de Vicente