Un canario al frente de la Calcografía Nacional
El artista canario Juan Bordes es académico delegado de la Calcografía Nacional, lo que viene a significar que es el elegido por la Academia de Bellas Artes de San Fernando para dirigir la institución estatal destinada a velar por el patrimonio calcográfico español. Su labor es tan discreta como apasionante.
Calcografía Nacional es un organismo oficial adscrito a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1932. La institución artística es la que elige a la persona encargada de dirigir el vetusto organismo creado en 1789. «Dependía de la Imprenta Real, y nació por la necesidad de editar y conservar los grandes textos teóricos», explica Bordes, que lleva siete años al frente de Calcografía. «Los grabados se encargaban a talleres particulares y, llegó el momento en el que los costes eran muy elevados, porque la Imprenta Real editaba todas las imágenes, desde las de El Quijote al Vitruvio. La impresión de la imagen era muy cara así que se decidió crear la Calcografía», explica el máximo responsable de la institución ubicada en la madrileña calle de Alcalá, en el palacio barroco de Goyeneche.
«Solo hubo tres en Europa. La primera fue la Calcografia Camerale de Roma, creada en 1738», relata Bordes. La segunda gran calcografía fue la del Louvre, impulsada por Luis XIV.
La Calcografía Nacional fue la encargada de producir toda las imágenes ligadas a la Corona, al poder y a la intelectualidad de la Ilustración. «Guarda grandes tesoros. Entre ellos, toda la obra de Goya. La primera donación la hizo el propio artista. En concreto, fueron Los Caprichos. Hizo su primera tirada, los puso a la venta y, tras 15 días, se dio cuenta de que no se iban a vender. Cayó Godoy. Se sintió desprotegido, con miedo a la Inquisición. Así que decidió donar a la Corona todas las planchas y la primera edición», explica Bordes.
Fue el primer paso para hacerse con una gran colección. «Casi todas las series de Goya y las adquisiciones de la Academia, están depositadas en Calcografía: Los Caprichos, Los desastres de la guerra, Los disparates, La Tauromaquia...», relata el director de este templo del grabado. «Nuestro patrimonio sostiene es equiparable al de la Calcografía de Roma, que tiene la obra de Piranesi. Goya es fundamental en la historia del grabado español».
De hecho, la colección de Calcografía Nacional no solo incluye estampas únicas, sino algo más de 9.000 matrices, con 282 creadas por Goya. Además, acopian alrededor de 13.000 estampas, entre ellas, las 1.100 de la antigua Imprenta Real.
EL LOUVRE, ENEMIGO. Bordes está aún dolido, porque solo le faltan cuatro planchas de la serie de Los Disparates que el hijo de Goya regaló o vendió y fueron a parar a Francia. «Las vi en una exposición en el Petit Palace. El propietario murió y los herederos las pusieron a la venta. Se pusieron en contacto con la Biblioteca Nacional de Francia y no las querían. Así que se lo ofertaron al Prado, que dijo que tenían que estar en Calcografía», cuenta Bordes. Cuando la venta estaba cerrada y solo faltaba tramitar los permisos, el Louvre se enteró de la venta y se adelantó. «Intervino el director del Louvre. Iba a pedir al Ministerio de Cultura francés que convocara una comisión que impidiera la salida a España de las planchas», relata indignado el director de Calcografía que recalca, que esta artimaña, impidió a la entidad completar toda la obra de Goya. «Era mentira, no se iba a celebrar esa comisión. Era para amedrentar a la galería y ganar tiempo para que las comprara la Asociación de Amigos del Louvre», lamenta.
