Tres empresas cárnicas de las islas, investigadas por fraude
La Agencia Tributaria investiga a tres sociedades canarias del comercio cárnico al por mayor en el marco de la operación Presunto, puesta en marcha en el conjunto del Estado y que ha destapado un fraude en ventas de carne no declaradas. Se investiga un total de 73 sociedades en 15 regiones y a 25 personas físicas.
La operación Presunto (jamón, en portugués) arrancó tras detectar la Agencia Tributaria (AEAT) un desajuste entre los ingresos de estas sociedades y la cantidad declarada posteriormente en el Impuesto de Sociedades. A esta primera constatación se unió posteriormente la «realidad» de los empresarios del negocio de la carne ahora investigados, «con ingresos de grandes sumas de dinero en las cuentas corrientes de sus sociedades y las propias, la posesión de bienes en el extranjero y un alto nivel de vida no justificado con los ingresos regulares de los socios».
El hecho de que la mayoría de las ventas de estos mayoristas sean a empresarios que tributan en módulos, mediante el régimen simplificado del IVA, y que habitualmente pagan en efectivo incrementando el riesgo de fraude fiscal, animó a la AEAT a emprender los registros. Estos se realizaron entre el martes y el jueves, según informó ayer Hacienda.Ahora se da paso a la inspección posterior.
330 funcionarios de la AEAT se han encargado de los registros en el que se ha accedido directamente a la documentación e información contable o auxiliar real, incluidos los sistemas informáticos de procesamiento de información.
Tras un primer análisis la AEAT, que aclara que las actuaciones son de carácter administrativo y por tanto, no hay detenciones, constató que los márgenes de explotación de estas sociedades, es decir, los beneficios sobre cifra de negocios, eran de apenas un 1% de media, por debajo del sector. Incluso, pese a sumar una facturación anual próxima a los 650 millones de euros, nueve de ellas venían declarando pérdidas sistemáticamente.
A su vez, el volumen en efectivo de las empresas rondaba el 11% de su facturación total. En varios casos era superior al 50% y en dos llega a ser del 85% y 94%, de forma que sólo vendían en efectivo.