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EFE
Viernes, 6 de enero 2017, 00:00
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Para empezar, el origen: no se sabe bien quién fue la primera persona que elaboró un roscón de Reyes, pero este dulce se ha convertido en una parte indisoluble de la celebración de la llegada de los Reyes Magos, adaptándose incluso a recetas para que nadie se prive de, al menos, una ración pequeñita. De hecho, el roscón no tiene un origen definido, y mientras hay gente que lo ubica en las saturnales romanas otros creen que está basado en la corona de adviento, aunque vistas incluso las colas que en estos días se forman ante algunas pastelerías parece que el origen no es, precisamente, lo que más preocupa a la hora de hundir el cuchillo en su estructura circular. Los secretos a la hora de elaborarlo casi varían de una pastelería a otra, aunque Sergio Ortiz, repostero finalista en el Word Chocolate Máster, asegura a Efe que hay uno esencial en su caso: el aceite de oliva. Ortiz regenta la pastelería 'La Torre' en Lepe (Huelva), y sostiene que junto al aceite "hay que cuidar mucho la masa madre, que hay que mantener viva, y se refresca con yogur natural, de modo que se obtiene un sabor diferente", además de cuidar la salud, porque lo que se obtiene "es un producto con menos colesterol, sobre todo porque se vigila desde el principio en el obrador, sin nada elaborado de forma previa". Con todo, si se trata de cuidar la salud y preservar que cualquier persona pueda disfrutar de este manjar hay que viajar a lugares como 'El Cortijo Sin', en Granada, cuya jefa de cocina es Pilar Martínez, responsable de poner sobre la mesa platos que pueda consumir cualquier persona, sin importar para ello que sean diabéticas, celíacas o intolerantes a la lactosa. En noviembre se puso manos a la obra para que a nadie le faltasen los dulces de Navidad, "de los que hemos hecho 620 kilos, con unos cien roscones, con destino a Estados Unidos, Francia o Italia, y calculamos que cuando los Reyes Magos se vayan a Oriente habremos hecho unos 150 roscones que pueden consumir las personas con intolerancia alimentaria", señala a Efe Martínez. "El año pasado hicimos solo 31, pero se ha corrido la voz y somos el único obrador en Granada y solo hay dos más como nosotros en toda España", señala, aunque a la hora de desvelar algún secreto de su labor, solo dice que "trabajamos con mucho amor, bueno, y utilizando las mejores harinas, porque tengo sangre italiana, y esas son las que dan los mejores resultados". El trabajo de este obrador es, desde luego, de récord, aunque para récord las casi tres horas que algunas personas esperan a las puertas de la confitería 'Villa' de la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache, para que les toque el turno para llevarse a casa uno de sus afamados roscones. Jesús Villa, su portavoz, cree que este año van a elaborar más de 500 roscones, "aunque es imposible saber la cifra exacta, porque hasta mañana no cerramos la campaña", y en un día como el del 5 de enero "no tenemos tiempo para nada, solo para atender a los clientes", explica, sin desvelar el secreto de unos roscones que atraen a personas de toda Andalucía para comprarlo hasta este pueblo del Aljaraje sevillano. Ejemplos de roscones para disfrutar en estos días hay centenares, pero se aconseja no dejar de probar el de más de cien metros de la panadería Manolete de Martos (Jaén), con destino a recaudar dinero para el programa Vacaciones en Paz para que niños refugiados saharauis, o el que elaboran en 'La Campana' de Sevilla, que mantiene su fórmula en secreto hace 150 años, pero sobre todo cuide que no le toque el haba escondida en su masa, que pagarlo entero cuando solo se consume una porción no siempre sienta bien.
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