Pudimos...
Observé atentamente el debate que protagonizaron Pablo Iglesias, líder de Podemos, y Esperanza Aguirre, presidenta del Partido Popular de Madrid en el programa La Sexta Noche. Y lo hice partiendo de una base totalmente partidista y nada objetiva, puesto que la expresidenta de la Comunidad de Madrid me cae antipática y coincido con muchas de las ideas políticas de Iglesias.
Pero a pesar de esta circunstancia, la actitud del eurodiputado me dejó un regusto amargo tras los 33 minutos que duró este esperado cara a cara. Y es que la actitud de Pablo Iglesias no me pareció la más adecuada en muchos momentos del debate, con sonrisas burlonas mientras su oponente hablaba y sin respuestas directas a preguntas concretas. Iglesias es un auténtico especialista en oratoria y convence a cualquiera con un discurso que convierte en real cualquier utopía, pero en ocasiones me marearon sus excesos verbales a la hora de afrontar cuestiones fundamentales que están en boca de todos como son su presunto apoyo a ideologías cercanas a ETA o la admiración hacia el régimen político que desangra Venezuela.
Él, Pablo Iglesias, desperdició una oportunidad de oro de dejar zanjado esta polémica y cerrar la boca de una de sus enemigas políticas, Esperanza Aguirre, que insistió mil y una veces para que el líder de Podemos dijese, textualmente, «los etarras son unos asesinos». Y utilizó la coletilla: «repita conmigo», una cuestión que se me antoja necesaria cuando hablas con alguien que se anda constantemente por las ramas. De Podemos se pasó a Pudimos...
Pero esto, en lugar de servir para escuchar por fin a Iglesias diciendo que los etarras son lo que son, unos auténticos asesinos, se transformó en una batería de contraataques criticando políticas detestables y corruptelas de los populares, algo también para no olvidar, pero que no eran el eje del debate. Eché en falta un Iglesias contundente a la hora de llamar asesinos a los etarras y solo se limitó a contestar, media hora después, con un escueto «Podemos condena la actividad de ETA. Fin de la cita».
Me desagrada cuando veo a contertulios burlándose de otros o llamándolos de cualquier manera menos por su nombre, una tónica que está siendo habitual en el cabeza visible de Podemos. Ante todo debe imperar el respeto en política y el mismo empieza por tratar a los demás con educación y caballerosidad. Está a tiempo señor Iglesias y seguro que, con mejor talante, convencerá a muchos más ciudadanos.
