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Lunes, 21 de noviembre 2011, 10:21
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Es una gran victoria. Después del fracaso socialista, Rajoy es la última esperanza del país ante la devastadora crisis económica y así lo han expresado, sin ninguna reserva, los españoles.
Una victoria que el PP tendrá que administrar con prudencia y generosidad. La situación económica del país es grave y Rajoy reconoce que necesita de todos para gobernar.
La holgada victoria no puede llevar al PP a cometer el mismo error que Zapatero y timonear la situación desde la soledad y el partidismo. Rajoy no se escondió ayer para reconocer la gravedad de la crisis y en un discurso sobrio, lleno de contenido político, sin algarada, sin triunfalismos, con un análisis realista del país, sin reproches desmedidos al PSOE, invitó a los españoles a sumar esfuerzos.
No le arriendo las ganancias a Marino Rajoy en esta situación. Le espera una dura tarea. Su gobierno está obligado a tomar medidas mucho más duras que las que ha tomado el PSOE ante la exigencia de los mercados. Algunas están anunciadas y otras están por definir, pero la democracia ha funcionado y los españoles le han otorgado la confianza al PP para que intente sacarnos de la crisis y frenar la sangría del paro.
En este difícil contexto, el PP tendrá que hacer un gran esfuerzo de entendimiento. No debe el PP mover el cuchillo en la herida del PSOE ni dejar fuera de juego al resto de partidos y agentes sociales ante un estado de emergencia como el que vive la economía nacional. El país necesita que Rajoy cuente con todos y que los que quieran ocupar la calle, como es previsible, lo hagan sin argumentos.
Es imprevisible lo que pueda ocurrir en el PSOE. No podrán evitar una dura crisis interna, por la representación y por las ideas, pero se espera de un partido responsable que esté a la altura de las circunstancias y reme en la dirección correcta para evitar el caos que algunos ya prevén para amargar la victoria a la derecha en los próximos meses.
En Canarias, el PP también ha tenido una amplia victoria, favorecida por la ola nacional. La coyuntura económica en las Islas es más delicada si cabe por la debilidad estructural del Archipiélago y la debilidad en la que quedan los partidos del pacto CC-PSOE, y requiere grandes dosis de diálogo y generosidad por parte del el Estado.
Coalición Canaria pierde muchos votos en su bastión natural, en Tenerife, lo que pone en una delicada situación a la organización en esa isla y su autoridad a nivel regional. Ha sido, precisamente, CC-Nueva Canarias en Gran Canaria quien ha salvado los muebles al nacionalismo Canario en el Estado.
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