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Pablo Milanés ofrece un recital cargado de emoción y nostalgia

Pablo Milanés ofrece un recital cargado de emoción y nostalgia

Alberto Peñalba/ EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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Casi sesenta años después de sus inicios y tras haber convertido en clásicos de la música cubana muchas de sus canciones, el cantautor Pablo Milanés ofreció la noche de este miércoles en los Veranos de la Villa de Madrid un concierto cargado de emoción y nostalgia. Frente a cerca de 2.500 personas, recordó algunos de sus temas más longevos y populares, como "Yolanda" o "Yo no te pido", junto a otros extraídos de su último álbum, "Regalo", del que sonaron "Diario de Mauricio" y "Matinal". A las 22:00 horas, los músicos que lo acompañan comenzaban a tocar los primeros acordes de "Proposiciones". Poco después, aparecía entre aplausos y vestido completamente de negro, el maestro de ceremonias de la velada: Pablo Milanés. "Espero que la pasemos feliz", dijo sonriente una vez acomodado en su taburete. Tras un escueto saludo, la música volvió al escenario de Puerta del Ángel de la mano de "Plegaria" y "Los días de gloria", que sirvieron para demostrar la buena forma que mantiene el cubano. El amor, tan presente en sus composiciones, no tardó en aparecer, y lo hizo de la mano de "Si ella me faltara alguna vez". Tierna y cálida, la voz de Milanés, por la que parece que no pasan los años, fue hechizando al público. Mientras, la solvente banda que lo acompaña envolvía su canto con melodías en las que instrumentos como el violín, tocado con maestría por Roberto González; el piano, a cargo de Miguel Núñez; o el saxofón de Hernán Velasco, cobraron especial relevancia. "De qué callada manera", un tema nacido de la letra de "Canción" -un poema del escritor cubano Nicolás Guillén-, dio paso a "El pecado original", que Milanés quiso dedicar al "movimiento gay", y en especial a su "hermano" Lázaro Gómez, que corre a cargo de la dirección artística del grupo. "Vamos a tocar primero 'Despertar'", dijo Milanés dirigiéndose a sus músicos, que inmediatamente respondieron a su petición. Un solo de violín puso el broche a una interpretación cargada de sentimiento. A continuación, el artista cubano explicó que iban a tocar algunas de las canciones pertenecientes a "Regalo", su último trabajo. Fue entonces el turno de "Diario de Mauricio", "Matinal" y "El largo camino de Santiago". Después de agradecer los aplausos con los brazos abiertos y una enorme sonrisa, sonó "Identidad" de cuyos coros se encargaron varios de los instrumentistas con la ayuda del público. No obstante, los temas más celebrados estaban por llegar y las primeras notas de piano de "Años" fueron seguidas de una gran ovación de la grada. Pero si hay una composición que representa la carrera de Pablo Milanés, esa es "Yolanda". Su preciosa y romántica letra fue coreada con devoción por muchos de los asistentes. "Ha sido verdaderamente una noche maravillosa", comentó el cantautor antes de lanzarse a "El breve espacio", tras el que abandonó junto a los músicos el escenario. Empujado por los aplausos y los gritos de "otra", regresaron para interpretar dos bises: "Para vivir" y "Yo no te pido", que finalizó con todos los espectadores aplaudiendo en pie. Miembro de la Nueva Trova Cubana, Pablo Milanés demostró anoche que sigue siendo capaz de emocionar con sus temas, en los que el amor juega siempre un importante papel.

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