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Nueve contenedores de hormigón armado impermeabilizados sepultarán las 2.500 toneladas de tierra afectada por la presencia de hidrocarburos detectados en La Cícer. Los técnicos de la empresa Geocisa, que hizo el proyecto de tratamiento del suelo, asegura que no hay riesgos para la salud. El proceso de tratamiento y encapsulado de la tierra afectada por las filtraciones de hidrocarburos que procedían de los depósitos de almacenamiento de la antigua central eléctrica requerirá unos trabajos que durarán entre tres y cuatro meses, según explicó este martes Pilar Garachana, la directoria de inspección y jefa de obras de Geocisa, la empresa que ha hecho el análisis de la bolsa de hidrocarburos totales de petróleo. La especialista aclaró que de la investigación de las muestras se concluye que no existe afección ni riesgo algunos para la salud de las personas ni para el entorno. Así, matizó que no se puede hablar de un episodio de contaminación, puesto que la norma señala que sólo puede hablarse de suelo contaminado cuando existe un riesgo inaceptable para la salud humana o el medioambiente, y así se haya declarado mediante resolución expresa. No obstante, reconoció que hay un volumen de tierra afectada por la presencia de hidrocarburos totales de petróleo que ronda entre los 2.000 y los 2.500 metros cúbicos. Garachana aseguró que en Canarias no existen gestores autorizados para descontaminar el suelo, ni siquiera en la refinería de Santa Cruz de Tenerife, por lo que se ha optado por encapsular el material afectado por el hidrocarburo. Se trata de una medida que está contemplada por el real decreto por el que se establece la relación de actividades potencialmente contaminantes del suelo y los criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados. Consiste en retirar la tierra afectada, compactarla e introducirla en un contenedor de hormigón armado en el que se superponen capas de unos cincuenta centímetros de hormigón y láminas impermeables. El sistema de aislamiento no resulta barato, aunque desde Geocisa no quisieron pronunciarse ayer por tratarse de una obra que asume la constructora del complejo deportivo de La Cícer. En cuanto a las aguas afectadas por la bolsa de petróleo, su tratamiento es más sencillo porque se bombean, se depuran y finalmente se vierten a la red ya descontaminadas.
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