"Necesitamos consenso, pero no por ser un Gobierno en minoría"
La consejera de Políticas Sociales, Vivienda y Empleo del Gobierno de Canarias se enmarca en la dinámica que impone Fernando Clavijo de vender diálogo con otras fuerzas e instituciones. Expone que con los 56 millones de euros más que recibirá en los presupuestos darán un paso adelante en atención.
El lunes el Ejecutivo tiene el cierre presupuestario. ¿Le ha dejado su antecesora en el cargo, Patricia Hernández, la burocracia bien amarrada? En este momento no tengo el conocimiento suficiente para hacer valoraciones. Pero lo que ya adelanto es que quien espere de mí que esté buscando de tiempos anteriores errores o cosas mal hechas va a tener que esperar mucho. Con la enorme responsabilidad que tenemos en esta área no puedo perder ni un minuto en mirar atrás. Tengo que dedicar el tiempo a trazarnos una hoja de ruta y ponernos a trabajar a toda velocidad. Anuncia que huye del frentismo con la etapa anterior, pero su consejería protagonizó enfrentamientos por el reparto del fondos. Por ejemplo, el día que se rompió el Gobierno con los del Fdcan... No creo que la ruptura del pacto se debiera solo a la discusión del Fdcan. Fue lo más visible y la gota que colmó el vaso de distintas diferencias y encontronazos en los que no voy a entrar ni a valorar. Lo único que podemos hacer es echarle más horas a las mesas de encuentro entre las administraciones. Estamos todos metidos en una vorágine que nos hace caminar a cada uno por su cuenta, muy rápido, y esperando las respuestas del otro también muy rápido. El Gobierno presume de presupuestos con un alto contenido social. ¿Es así? Hay un crecimiento importante, 56 millones de euros más que nos van a permitir seguir mejorando los datos. La apuesta del Gobierno en los últimos años es clara. Después de años de dificultades y ajustes, que fueron durísimos, estamos con cierto y moderado optimismo estamos cómo en los presupuestos de año anterior y en los del próximo contamos con más recursos. Y eso va a permitir que con las cifras podamos evaluar si hay más gente atendida, más gente con respuesta o con las ayudas que necesita. Frente a esa mejora, que esperamos que continúe, tenemos que estudiar y trabajar los procesos, las herramientas, los protocolos o los tiempos de respuesta. Ir más allá de la respuesta económica para empezar a resolver con una mayor celeridad la respuesta administrativa a mucha gente. ¿Le preocupa que el hecho de formar parte de un Gobierno en minoría, obligado a buscar acuerdos para todo, ralentice la operatividad de un área tan sensible como la que tiene a su cargo? No. En ese sentido no sé trabajar de otra manera. Quienes me conocen de mi trabajo durante muchos años en el Cabildo de Tenerife, porque puedes gustar a unos y ser objeto de las iras de otros, saben que he llevado muchos años un área preciosa pero dura como es la social y he ido de la mano con 31 municipios. Y que siempre he alcanzado consenso con todos, y durante muchísimos años. Estoy convencida de que esa es la única manera de avanzar y resolver los problemas que tenemos planteado, todos de la mano. Y no lo hago porque crea que esa es una forma de pasar un tiempo en un gobierno en minoría, lo hago porque estoy convencida de que es la única manera en la que podemos avanzar en lo que es nuestro primer nivel, responder a la gente ante lo que necesita de la Administración. Que no puede ser lenta, inoperante e ineficaz. Hasta este momento ha sido vicepresidenta del Cabildo de Tenerife, que con Carlos Alonso al frente ha sido un ariete contra el anterior Ejecutivo. ¿Cuál va a ser el escenario de relaciones ahora? Tampoco creo que se hayan vivido muchos episodios de confrontación. Esos enfrentamientos mediáticamente pudieron parecer muy duros. Yo el otro día tuve una conversación con mi antecesora Patricia Hernández y tuvimos una conversación amena y muy cordial. Por ejemplo, en mi caso mi confrontación con ella eran por los convenios de dependencia, en los que yo reclamaba que tenían que estar firmados en el primer trimestre del año porque llevábamos muchos años firmándose en verano y los cabildos, cuando podían, tenían que prefinanciarlos y cuando se acababa nuestra parte teníamos problemas para mantener servicios sin cobrar. Y esa discusión podía parecer una batalla política, pero esas batallas no son más que por la gestión política, no para hacer daño a las instituciones. Pasando a la acción política, ¿su hoja de ruta tiene la ley de servicios sociales como punto de partida? Que ese proyecto de ley ya esté en el Parlamento, haya salido a exposición pública o haya recibido alegaciones y que estemos hablando de un documento, con sus cosas por mejorar, esté tan participado por tantos sectores es una señal de la posibilidad de trabajar juntos y ponernos de acuerdo. Me gustaría verla cumplida en los dos años que quedan de mandato, aunque no sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí. Aunque no pierdo ni un solo segundo en pensar en eso. Pero también hay muchos cosas que resolver con los cabildos. A partir del 24 pretendo tener una reunión con todos los consejeros de servicios sociales para ver qué calderos tenemos al fuego para atender de manera inmediata. Ver qué cosas son las que más le preocupan. ¿Cuál es la realidad de la dependencia en Canarias? Este es un aspecto en el que las cifras nunca concuerdan... En los últimos años el Gobierno ha hecho una apuesta poniendo dinero en esta consejería que ha permitido incrementar valoradores y reducir el tiempo de espera para atender a las personas que tienen derecho y, además, responder a más ayudas vinculadas al servicio. Poniéndonos al día y que la espera sea más corta... ¿Van a conseguir responder a la mayoría de los demandantes antes de que fallezcan? Estamos hablando de personas que cuando piden la dependencia ya están muy mal. No es que la pidan con 50 años, fallezcan con 80, y no les haya llegado la respuesta. Es que muchas veces se solicitan con edades muy elevadas, muy enfermas, y cuando la familia no puede más y espera hasta el último minuto porque crees que puedes atender a tus padres. Hablo de mayores, porque en menores es otra situación, y tengo que felicitar por el trabajo hecho en ese campo en el que se ha acabado con la lista de espera. Estamos en una situación mejor y la economía nos ha permitido responder mejor y con más personal. Las cifras bailarán hasta que no tengamos los datos cruzados entre Gobierno, cabildos y ayuntamientos, porque la ley solo coteja los datos a nivel del comunidades. ¿Qué sucede con la Prestación Canaria de Inserción, la famosa PCI? Que también se va a ver incrementada gracias a esa aportación del Gobierno de 56 millones de euros más. Es consejera de Políticas Sociales, Vivienda y Empleo. Este último epígrafe engloba la mayor tara del Archipiélago, ¿cuál es su estrategia para paliar los malos datos? No voy a venir de listilla para ofrecer recetas para arreglar el empleo, porque me llamarían de la ONU o la Unión Europea para que me fuera con ellos. Fórmulas mágicas para el empleo no hay. Pero contamos con la ventaja de contar con más recursos y, estoy convencida, con magníficos profesionales en la comunidad autónoma y en los cabildos y los ayuntamientos con los que podemos acercarnos mucho más a las estrategias que hacen falta para que los colectivos que tienen especiales dificultades para la inserción tengan más oportunidades. Tenemos que encontrar el modelo, asumiendo que el panorama es muy cambiante, y que sectores que antes generaban trabajo ya no lo están haciendo, u otros que se han robotizado y ya prácticamente no tienen personal. Entender que hay colectivos de más de 45 años a los que les cuesta volver al mercado, a pesar de que tiene una experiencia y madurez que para cualquier empresa son valiosas. Todas las administraciones, juntas, tenemos que hacer una reflexión y autocrítica para valorar lo que estamos haciendo y veremos que hay cosas que se están haciendo bien pero que requieren más esfuerzos. Y, por supuesto, tenemos que plantearnos innovar para afrontar un mercado que está cambiando a una velocidad enorme. ¿Cuándo tendrá conformado su equipo?
Espero, y además es lo que desea el presidente, que la próxima semana. Es necesario porque ya muchas personas me han pedido cita para resolver sus problemáticas, pero solo estoy a la espera de que quede completo el organigrama de la consejería, porque estoy convencida de que es mucho más operativo que en muchas de esas reuniones esté acompañado por mi equipo.