Nauzet: "Duele que te piten y se dude de mi compromiso"
Estigmatizado por su carácter recio, Nauzet Alemán asume culpas y reconoce que se ha equivocado. Sin embargo, saca su gen ganador para reivindicar su compromiso con el escudo, retando a quien ose a dudar de su fidelidad con los colores. «Todo lo que hago, bien o mal, es en beneficio de la UD».
Nauzet Alemán no rehuye los disparos. Habla con franqueza, defiende su verdad sin eufemismos y asume la parte de responsabilidad que le corresponde como uno de los jugadores con más ascendencia del vestuario de Las Palmas.
Sin embargo, el mediapunta de Las Mesas ensombrece el semblante cuando se duda de su complicidad con el escudo. «Me acusaron de borrarme del último partido ante el Castilla», dice en relación al momento en el que no asumió la capitanía en beneficio de Ángel López. «Me acusaron de que no quería el brazalete y no asumo la responsabilidad... A mí que me digan lo que quieran, y aunque duela sé mi compromiso con el club. En ese momento estaba tan metido en el partido que no pensaba en el brazalete. Nunca le dije a Asdrúbal que no me lo quería poner, solo le dije que el más veterano era Ángel en ese momento», explica sereno Nauzet.
«El reproche va implícito en el fútbol actual. Siempre salen las mismas historias cuando los resultados no son buenos. Solo buscan hacer daño. Los jugadores tenemos la consciencia muy tranquila porque sabemos cómo se está trabajando de puertas para adentro. Yo, con 28 años, lógicamente no he vuelto para retirarme en la UD como se nos dice, porque no tengo nada ganado. Molesta mucho que se manche tu trabajo con ciertas acusaciones porque detrás de cada uno hay una familia que sufre», asevera de forma gráfica.
Le honra admitir, sin embargo, que su carácter competitivo a veces le hace cometer errores, como el de su expulsión ante el Almería o los gestos al ser sustituido. «A mil pulsaciones cometes errores, y más con mi carácter. Cometí un fallo, como otras veces, e hice algo que no debí hacer, pero lo asumo y lo trato de corregir. Cuando me cambian y me cabreo es porque me importa el equipo, el club. Todo lo que hago, bien o mal, es por beneficiar a Las Palmas. Por eso duele mucho que te piten en tu casa, no solo porque te reprochen tu trabajo sino que los silbidos benefician al rival. Sin embargo no se puede hacer otra cosa que ser profesionales y trabajar para que lleguen los aplausos», reconoce el de Las Mesas.
Confiado y optimista, entiende Nauzet que el partido de mañana frente al segundo clasificado es una oportunidad ideal para zanjar la crisis en la que se ha instalado el equipo. «Nos ha venido bien estar lejos de Gran Canaria porque, aunque quieres evadirte de todo lo que se habla, siempre llega a través de amigos, familiares o en la calle. Este viaje nos ha ayudado a pensar solo en lograr tres puntos importantes. Pero no basta con ganar al Recreativo, hay que encontrar el equilibrio».
Para ello, y ante el riesgo latente de que la crisis desemboque en el relevo en el banquillo, Nauzet aplaude la conjura del equipo en los últimos días. «El nivel de compromiso, no solo con el entrenador, sino con el club es muy alto. Nos hemos reunido en el vestuario, con el presidente, nosotros solos y con el entrenador, y tenemos la cosas claras, solo falta demostrarlo ante el Recreativo en el campo», anima.