Más ojos para ver el universo

EMIR es el instrumento estrella del Gran Telescopio Canarias. Once días después de su instalación tuvo su primera luz, el pasado 13 de junio. Hoy se sigue ajustando para que pueda ver con nitidez. De aquí a 2020 se le unirán otros tres instrumentos que mirarán, con distinta longitud de onda, los objetos más lejanos del Universo.

Romano Corradi asumió el cargo de director del Gran Telescopio Canarias (GTC) el mismo día que se instó el más importante de los instrumento con los que hasta ahora se mira al Universo desde el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo. El espectrógrafo infrarrojo EMIR se ensambló en el GTC el 2 de junio y sólo 11 días después ya tuvo su primera luz: un cúmulo globular. «La puesta a punto es un proceso de meses y aún queda tiempo para que funcione a la perfección, tal y como se diseñó», explica Corradi, que no sólo celebra que después de 15 años de trabajo EMIR ya es una realidad, sino porque en los próximos meses previsiblemente un nuevo socio se incorpore al GTC, China. De aquí al año 2020, Romano Corradi liderará además el montaje de tres nuevos instrumentos a los que ya están operando desde el telescopio del Observatorio del Roque de los Muchachos, tal y como recoge la planificación hecha por los órganos de gobierno del GTC. Así, a EMIR y al instrumento Osiris -ahora están desmontados CanariCam y Circe- se unirán estos tres nuevos instrumentos -Megara, Frida y Miradas- y en un plazo de alrededor de cinco años ya estaría definido un cuarto instrumento, el que el Observatorio Astronómico Nacional de China (NAOC) quiere instalar en el GTC. Será, explicó Romano Corradi, un instrumento «muy competitivo», aunque no avanzó a qué proyecto de investigación va unido. El memorándum de colaboración científica y técnica que el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) firmó con el NAOC en mayo contempla, además de la instalación de este instrumento, la entrada de los chinos como socios minoritarios, con un porcentaje de participación similar al 5% que tienen México y la Universidad de California (Estados Unidos). Esto implicará que también contribuirán a los gastos de operación del telescopio, que superan los 7,6 millones de euros, una cifra óptima que, sin embargo, en los últimos años de restricciones presupuestarias no se ha alcanzado. China aportaría anualmente unos 380.000 euros, igual que los otros dos socios minoritarios del GTC. Las condiciones de entrada de los chinos aún se están negociando.

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