'Magical Mistery Tour'
En 1967, los Beatles, plenamente coronados como deidades del pop, siguieron a Paul McCartney en el extravagante proyecto Magical Mistery Tour. Aquella película, hoy satiguada por los seguidores del cuarteto, tuvo una recepción pobre en crítica y público. Era una especie de disparate, una pandilla de grotescos personajes recorriendo Inglaterra en guagua sin saber muy bien qué hacían ahí.
La visita del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, al tramo Agaete-El Risco de la interminable obra de la carretera de La Aldea, ofreció instantes similares a los de aquel proyecto fallido de los Beatles. Cuatro décadas después de su concepción.
Una guagua llena de políticos, de distintas filiaciones y sensibilidades, pero a los que rara vez se les vio a pie de protesta junto a los ciudadanos de La Aldea o los luchadores del Foro Roque Aldeano, ocuparon sus asientos, cubrieron sus cuerpos con chalecos reflectantes y protegieron sus cabezas con cascos de obra.
Todos metiendo codos ante la cámara, como lo hizo Robert Parish durante 21 años bajo los tableros de la NBA.
Fue un viaje fugaz, concentrado en los tres kilómetros que recorren punta a punta el nuevo túnel. Un espacio breve en el que apenas se pudo dar una mirada morbosa al saludo entre Antonio Morales y Fernando Clavijo, presidentes del Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias, antagonistas declarados con luz y taquígrafos.
Pero cuando se aclaró el panorama al final de la visita y no había que pasar por el peaje de atravesar tanto político quedó una verdad. A la entrada de las obras había una humilde protesta, encabezada por vecinos de La Aldea armados con cartulinas y ruegos de auxilio. Al pasar junto a ellos, llegó un lamento exclamado en voz alta, casi desfallecido, «nadie se ha dignado a hablar con nosotros». Con las verdaderas víctimas de un aislamiento que parece no tener fin.
