Lobera se agarra a los fichajes para progresar
Sergio Lobera cuenta con atenuante, un dato que todavía hace flexible la confianza en su defensa del cargo a pesar de que en cuatro jornadas todavía no ha conseguido un triunfo y la puesta en escena tire a negligente. La integración de los tres últimos refuerzos es una baza a su favor.
Soria fue ayer el escenario de trabajo de una Unión Deportiva que no regresará a Gran Canaria hasta el jueves, después de jugar en la Copa del Rey frente al Sabadell el miércoles (16.00 horas). La suave sesión de entrenamiento, como es norma en la dinámica de trabajo del representativo, supuso la primera participación en un entrenamiento de Masoud y Apoño, presentados el pasado viernes.
Junto a Carlos Aranda, los dos centrocampistas son la principal novedad de un equipo que se aferra al grado diferencial que los tres jugadores de nuevo cuño aportarán en un proyecto en degradación en el comienzo de la temporada.
Aranda fue el primero de los tres en sumarse a la dinámica de trabajo, pero es el que, debido a las cargas de trabajo que le faltaron en verano, ofrece hoy un mayor desfase en el plano físico con sus compañeros. Hoy, en la previsión del club, llegará una licencia provisional que permita a los últimos jugadores participar de forma inminente en competición oficial.
Es la última carta que le queda a un Sergio Lobera que necesita recuperar crédito. El entrenador se encuentra en un contexto complicado, empujado por los resultados a un entredicho público que aumenta la tensión interna entre los más descreídos en su valía dentro del club. Al respecto de estas incorporaciones, Lobera asevera que «van a aportar muchísimo. Tengo la responsabilidad de sacar el máximo rendimiento a tres jugadores que vienen de la élite».
