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Las personas sin hogar duermen menos y son más propensas a tener insomnio

EuropaPress

Jueves, 1 de enero 1970

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Las personas sin hogar duermen menos y son más propensas a padecer insomnio y fatiga durante el día que las personas en la población general, según los hallazgos de un equipo de investigadores, quienes sugieren en una carta publicada en la edición digital de 'JAMA Internal Medicine' que se debe prestar más atención a mejorar el sueño de esta población vulnerable. El sueño es parte de la buena salud, pero los desamparados a menudo no tienen acceso a camas seguras y cálidas durante la noche. Damien Léger, de la 'Université Paris Descartes' y 'Assistance Publique Hôpitaux' de París, en Francia, y coautores analizaron las respuestas de 3.453 personas que cumplían con la definición de personas sin techo en las ciudades francesas. La mayoría de los participantes en esta evaluación eran hombres y tenían una edad promedio de casi 40 años. Vivían en la calle, en albergues de corta estancia, en hoteles pagados por servicios sociales u otras instalaciones para personas sin hogar con hijos. Se utilizó un cuestionario para preguntar acerca del tiempo total que dormían por la noche y durante las últimas 24 horas. Se compararon las respuestas de las personas sin hogar con las de individuos de la población general que participaron en una encuesta grande de población adulta francesa. Los sin hogar informaron que tenían un sueño total más corto que la población general: 6 horas 31 minutos frente a 7 horas 9 minutos. Entre los sin hogar, el 8 por ciento reportó menos de cuatro horas de sueño total en las últimas 24 horas comparado con el 3 por ciento de la población general, según los resultados. Las mujeres sin hogar también fueron dos veces más propensas que los hombres a declarar que dormían menos de cuatro horas y el 41 por ciento de las personas sin hogar dijo sufrir insomnio en comparación con el 19 por ciento del grupo de control. Además, el 33 por ciento de los sin hogar se quejó de fatiga diurna frente al 15 por ciento de la población general. Entre los sin techo, el 25 por ciento también declaró tomar regularmente un medicamento para conciliar el sueño frente al 15 por ciento del grupo de control, según los resultados. "Creemos que mejorar el sueño merece más atención en este grupo vulnerable y apoyamos firmemente otras estrategias que no sean hipnóticas para mejorar el sueño de las personas sin hogar, incluyendo un control más cuidadoso del ruido, la iluminación, la calefacción y el aire acondicionado durante la noche. Ayudas para dormir, como tapones para los oídos, máscaras para los ojos y almohadas. Poner biombos entre las camas puede aportar un cierto sentido de privacidad, incluso en dormitorios colectivos, y abordar cuestiones de seguridad personal pueden promover un mejor sueño", concluye el artículo.

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