Borrar

Las ilusiones perdidas

Claudio Utrera

Lunes, 7 de marzo 2016, 14:57

Rocco y sus hermanos se proyecta dentro del ciclo ‘Déjà Vu’. Se disfrutará de esta obra maestra de Visconti gracias a una copia remasterizada de la Film Foundation de Martin Scorsese.

A partir de un vibrante y sofisticado guion escrito por Suso Cecchi D’Amico, Pasquale Festa Campanile, Massimo Franciosa, Enrico Medioli y del propio Luchino Visconti, el autor de Bellissima (1951) vuelve a explorar en Rocco y sus hermanos (1960) la dramática realidad social del proletariado italiano de la posguerra, tras haberlo hecho, con óptimos resultados, en La terra trema (1948), otra de sus grandes obras maestras, que contribuyó, además, a dar carta de naturaleza artística al movimiento neorrealista y a posicionar el nombre del cineasta entre lo más granado del cine de autor europeo de aquellos años.

En Rocco, sin embargo, Visconti y su cuadrilla de ilustres guionistas va aún más allá del ámbito estrictamente ideológico, que sí parecía prevalecer en sus filmes precedentes, para indagar abiertamente en las entrañas de un género tan cenagoso, bronco y turbador como el melodrama, a través del cual encuentra su mejor oportunidad para alejar la tentación, que merodea entre algunas de sus películas iniciales, de caer en las peligrosas redes del dogmatismo.

En ese sentido, ésta es, sin duda, la película que mejor refleja la compleja bipolaridad del cine viscontiano, ese diálogo permanente entre sus convicciones marxistas y su pasión incombustible por la estética como fuente inagotable de inspiración y cercanía con el espectador.

La película, cuya remasterización ha sido patrocinada por la Film Foundation de Martin Scorsese y por la firma italiana Gucci y realizada en los prestigiosos laboratorios de L’imagine Ritrovata de la Cinemateca de Bologna, nos muestra un complejo y torvo retrato de la inmigración interior durante el milagro económico italiano que perdura, pese a sus cincuenta y seis años, como un paradigma inagotable del gran cine que atesoró la vieja Italia durante los años sesenta y setenta; conserva activos todos sus valores, sobre todo los que la sitúan como el mejor ejemplo del realismo crítico en un momento histórico de importancia capital en el desarrollo de los nuevos cines europeos y en la puesta a punto de una actitud renovadora y comprometida frente al desalentador paisaje de una realidad heredada de una guerra que cambió radicalmente la percepción moral del mundo contemporáneo.

Sigues a Claudio Utrera. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 Las ilusiones perdidas

Las ilusiones perdidas