La nueva Sociedad de Avales se rompe a la semana de crearse
La nueva Sociedad de Avales de Canarias, surgida de la fusión de Sogapyme (Las Palmas) y Sogarte (Santa Cruz de Tenerife), se rompe antes de empezar a caminar. El bloque formado por los consejeros de Sogarte y los del Gobierno de Canarias para dejar a Gran Canaria sin ningún cargo se saldó este viernes con la dimisión de los cuatro representantes de Sogapyme.
Apenas una semana después de que se constituyera la nueva Sociedad de Garantías y Avales de Canarias el consejo de administración se ha roto. La pinza hecha por los cuatro representes de Sogarte (la anterior sociedad de avales de la provincia de Santa Cruz de Tenerife) y los cuatro del Gobierno de Canarias (que ha entrado en la sociedad tras aportar 1,6 millones al capital social) para dejar a Gran Canaria fuera de cualquier cargo forzó ayer la dimisión de los cuatro consejeros de Sogapyme: José Sánchez Tinoco (Cámara de Comercio), José Cristóbal García (Confederación Canaria de Empresarios), Máximo Bautista (Cabildo de Gran Canaria) y Germán Blanco (independiente).
Desde Sogapyme se aspiraba a que la gerencia recayera en el director de la sociedad de Las Palmas, David Nin, al que avalan los balances económicos y las cifras, después de que la presidencia y la secretaria fueran para Tenerife (Juan García y Juan Martínez, respectivamente). La vicepresidencia recayó en Severiano Déniz, de Gran Canaria, aunque es uno de los consejeros que representa al Gobierno de Canarias.
La «bronca» se produjo en la reunión de ayer cuando llegó el momento de elegir al director de la nueva sociedad. El presidente de Sogapyme hasta el momento de la fusión, José Sánchez Tinoco, propuso valorar el curriculum y los méritos de David Nin y de la hasta ahora directora de Sogarte, María Gracia Zamorano, para votar con criterio. Sin embargo, su propuesta fue tumbada por el Gobierno que abogaba por colocar en el cargo a Zamorano, al igual que los consejeros de Sogarte.
Tras votar y salir elegida Zamorano como directora con seis votos a favor y cinco en contra, los representantes de Sogapyme se levantaron de la mesa. Antes de abandonarlo leyeron -pese al rechazo del secretario que amenazó a José Cristóbal García con expulsarlo si lo hacía- una una declaración conjunta en la que advertían que se iban porque en la nueva sociedad se estaban tomando decisiones contrarias a hacer una entidad «solvente, competitiva y eficiente». «Las decisiones que se están adoptando generan inquietud no sólo por los aspectos organizativos sino por el desplazamiento que se pretende de la gestión societaria, siguiendo criterios ajenos a los principios de eficiencia que deben imperar en la nueva entidad y haciendo prevalecer una instrumentación política de la sociedad que pretendemos evitar a toda costa», se apunta en el escrito.
La marcha de estos cuatro consejeros, que en algunos casos supone la salida de la institución que representan, puede motivar la huida de otros accionistas minoritarios si el Gobierno de Canarias no toma medidas para reconducir la situación, lo que pone en jaque la fusión.
