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La intendencia de el "Boss"

La intendencia de el "Boss"

Springsteen & la E-Street Band son más que un grupo. En gira, forman una pequeña ciudad ambulante habitada por hasta 500 personas, que se mueven conforme a un libro de normas dictado desde la experiencia acumulada en casi 40 años de carretera, el rider. CANARIAS7 desvela todos sus detalles.

Antonio F. de la Gándara / F. J. Fajardo

Jueves, 1 de enero 1970

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El rider o contrato técnico es la ley de la gira, el libro que explica qué se puede hacer y qué no antes, durante y después de los conciertos. El código que se desvela en estas dos páginas es la versión española del documento matriz sobre el que se vertebra la gira mundial de Bruce Springsteen y la E-Street Band 2011/2012, Su última revisión fue firmada en Barcelona por los representantes de El Boss y la promotora Doctor Music, en diciembre de 2011.

Expertos consultados por CANARIAS7 han calificado el presente rider como «normal» y ajustado a las características de un montaje de primera división, como es el de Springsteen. De hecho, un conocido promotor isleño afirmó tras revisarlo que se había enfrentado a contratos «mucho más exigentes», con músicos españoles con poco más de una canción del verano en su tarjeta de visita.

La letra gruesa de las estipulaciones fue facilitada este viernes por la productora local del concierto, LM Producciones: 278 camiones de montaje, más de 500 personas trabajando en el estadio (seguridad, producción, montaje, personal de management, músicos), seis días de trabajos sobre el césped, mil menús, 120.000 vatios de sonido y 600.00 vatios de luz (un truco útil para dimensionar estas últimas cifras, siempre tan recurrentes: 600.000 vatios de luz son 600 focos de 1.000 vatios; 120.000 vatios de sonido son 120 torres).

Los restantes datos que confirman estas dos páginas están extraídos del rider técnico, un contrato privado entre el artista y las productoras que en raras ocasiones ha visto la luz en un medio de comunicación. Los expertos consultados por este periódico indicaron que las cláusulas de los riders no son inamovibles y que, sobre el terreno, siempre pasan por un toma y daca entre las partes, en la que se acepta cierta flexibilidad. Por ejemplo, si no se encuentran en el mercado isleño las seis botellas de agua mineral Fiji de un litro que se exige que estén en el camerino de Springsteen el día del concierto, la organización tal vez acepte otra marca más asequible. Pero, en líneas generales, el documento marca la pauta del nivel que exige el músico en cada ciudad.

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