La Iglesia frena las bodas turísticas

Según confirmó ayer a este periódico Hipólito Cabrera, vicario general del Obispado de Canarias, lo que se ha decidido es que las bodas «se tramiten de diócesis a diócesis», esto es, desde el lugar donde reside la pareja contrayente a aquella de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria donde pretenden casarse, desde donde se dará, o no, el visto bueno. Se evita así que el trámite lo realice una agencia de viajes y que sea ésta la que reclame los servicios del párroco de turno, dio a entender.

«En Gran Canaria y Fuerteventura casi no hay problema», agregó Hipólito Cabrera. Donde se han encontrado con un exceso de demanda está siendo en Lanzarote, con una volumen de bodas de turistas al año que supera ampliamente el centenar, cuando, según la versión compartida desde el Obispado, solamente tienen capacidad logística por parte de los párrocos locales para atender «diez o quince».

Hipólito Cabrera agregó este viernes al respecto que «no hay posibilidad de dar respuesta pastoral a tantas bodas», a lo que se une el hecho de que la Iglesia considera que las parejas «deberían casarse en su comunidad». La medida se prevé que entre en vigor a partir del comienzo del próximo año. De hecho, ya se han dado negativas a enlaces que se estaban tramitando para diversas fechas de 2016.

A cambio, no afectará la decisión a las uniones ya programadas para este año, varias decenas en total, principalmente en Lanzarote, donde estas bodas están sirviendo para que los complejos hoteleros, extrahoteleros así como empresas de diversos ámbitos del sector servicios obtengan importantes ingresos. En concreto, estas celebraciones con parejas procedentes de diversos puntos de Europa están sirviendo para dejar ingresos en Puerto del Carmen, Costa Teguise y Playa Blanca.

En cuanto a Fuerteventura y Gran Canaria, estos enlaces de extranjeros que vienen al archipiélago expresamente para casarse, sobre todo europeos, se centran en localidades turísticas de ambas islas, aunque son menos que en Lanzarote, según se apuntó ayer desde el Obispado de Canarias.