La gran familia de Benigno Pérez
Benigno Pérez tiene más de 700 parientes. No los conoce a todos, pero sí los tiene localizados y contactados «por Internet». Ayer reunió a cerca de 300 en Icod de los Vinos, su pueblo natal. Sus familiares son los descendientes de la campesina Francisca Pérez Socas, su bisabuela, que nació en 1834.
La de ayer no fue la primera vez que Benigno Pérez reúne a los parientes que tiene por medio mundo. En 1997 ya logró juntar a casi 500 descendientes de Francisca Pérez Socas, su bisabuela, en el barro icodense de El Amparo, «una noticia que entonces dio la vuelta a España», recuerda.
Este domingo reunió a alrededor de 300 familiares, pero en los 19 años que han transcurrido desde entonces ha contactado con 720 descendientes. «Los tengo a todos ubicados en el mapa y estoy en contacto con ellos», reconoce este octogenario, taxista retirado y emigrante retornado, que admite que «desde que hay Internet, con el Facebook es mucho más fácil que antes».
La peculiar historia de su familia tiene hasta algunas dosis de realismo mágico, sobre todo en el arranque de la saga que suma ya 10 generaciones y que tiene como protagonista a la bisabuela Francisca y a la peculiar familia que creó junto al padre de sus tres hijos y a la esposa de éste, unos terratenientes icodenses sin descendencia con los que entró a trabajar como sirvienta y con los que acabó conviviendo casi como un matrimonio, de tres, eso sí.
«Los niños se criaron como si fueran hijos de los tres», explica Benigno. De adultos, al menos uno de ellos emigró a Cuba y murió allí sin descendencia y los otros dos, Jesús y Leonardo, tuvieron entre los dos 22 hijos. Dos de aquellos chicos, uno hijo de Jesús y otro de Leonardo y, por tanto, primos hermanos, son los padres de Benigno que, según sus cuentas, tiene «19 tíos [uno falleció]». Sumando a los cónyuges hacen «un total de 38 tíos, de los que 11 todavía viven, ocho en Tenerife y tres en Venezuela».
Los otros hijos de sus dos abuelos, sus tíos, han tenido a su vez hijos, nietos y biznietos que se han repartido por medio mundo. «En los últimos meses han nacido 12 o 13 niños, el último nació el día 13, Pablo, un nieto de mi hermano», explica Benigno, feliz por el éxito de su convocatoria y a la vez apenado porque muchos no pudieron viajar este domingo hasta Icod de los Vinos «por distintas circunstancias, económicas, de salud o de trabajo», relata.
Benigno Pérez empezó a hacer el árbol genealógico de su bisabuela (no pudo ir más atrás) en 1982 cuando regresó de Venezuela, a donde emigró en 1950. Gracias a la ayuda de su mujer, Anselma, con la que se casó por poderes cuando tenía 23 años, a sus hijos y a varios sobrinos, «10 o 12», ha conseguido localizar a sus parientes: «300 hogares», suma.
Tanto los que pidieron estar como los que no, este domingo tuvieron su espacio en el cartel gigante con todos los nombres que colocaron en la plaza de El Amparo a modo de bienvenida.
