Borrar

La gran atalaya de Taburiente

La mayor parte de los senderos que surcan La Caldera de Tuburiente tuvieron una función práctica. La vereda que lleva del mirador de La Cumbrecita a Pico Bejenado, sin embargo, se abrió en 2006 para contemplar, desde una sucesión de vertiginosas terrazas, las magníficas vistas del Parque Nacional de La Palma.

Lunes, 7 de febrero 2011, 00:00

Es la mejor atalaya para admirar, desde los numerosos balcones naturales del trazado, pero sobre todo, desde el impresionante cerro situado al final, en el punto más alto del recorrido, ubicado a 1.854 metros de altitud, la grandeza del espectacular y agraciado entorno con una visión de 360 grados. El sendero que une el mirador de La Cumbrecita y Pico Bejenado por el Roque de Los Cuervos, está considerado como el más panorámico de La Caldera de Taburiente. También es uno de los más recientes. La vereda se acondicionó en 2006 aprovechando parte de un cortafuego preexistente y los pequeños caminos usados en el pasado por pastores y cazadores, explica Ángel Palomares, director conservador del Parque Nacional de La Palma. Para hacerlo más transitable y seguro «se suavizaron sus pendientes donde se pudo y se colocaron algunos escalones de piedra y madera de pino canario donde no era factible alargarlo» con el fin de «evitar resbalones y caídas». Aun así, no es aconsejable para quien sufra de vértigo o tenga sobrepeso. Desde el primer momento se pone a prueba la resistencia física de los caminantes. Resulta muy importante leerse el cartel colocado, en la zona de aparcamientos de La Cumbrecita, en el punto de partida. El itinerario, se advierte, es una ascensión intensa que bordea grandes precipicios. Comienza con repechos que dejan casi sin resuello al mejor preparado. Nada más iniciarse la excursión, incluso antes de empezar la subida, La Caldera se muestra en toda su descarnada, abrupta y palpitante belleza. La pista forestal serpentea por la cara norte de la falda del Roque de Los Cuervos. El paisaje, se mire a donde se mire, es espectacular. Discurre por un pinar claro con sotobosque de amagantes donde las secuelas de la tormenta tropical Delta de 2005, en muchos puntos, están presentes, con decenas de árboles, tronchados o arrancados de raíz, yacentes en las escarpadas laderas. Tras una media hora de camino, superado uno de los continuos recodos, aparece majestuoso el Morro de Los Gatos, peña que separa el Pico Bejenado de la parte norte de La Caldera. Seguidamente, ya en la vertiente del Riachuelo, se llega a un cortafuego inusual, acondicionado entre Roque de Los Cuervos y Pico Bejanado, en la zona de El Rodeo, con pinos podados de manera que parecen un ejército de centinelas en posición de firme.

Sigues a . Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 La gran atalaya de Taburiente