La foca polar 'Sáhara' termina su periplo en un pueblo vasco
Esta vez 'Sáhara' no necesitó tanto tiempo para pisar tierra. En vez de volver a Canarias y a El Aaiún, la foca de casco (Cystophora cristata) decidió quedarse en Euskadi, concretamente en Ondarroa, un pequeño municipio de 3,6 kilómetros cuadrados, situado a 60 kilómetros de Bilbao y con una población de unas 9.300 personas.
"Apareció en la rampa del muelle, como si nada", explica el responsable del centro de recuperación de fauna silvestre del Cabildo de Gran Canaria, Pascual Calabuig, quien ha seguido de cerca el viaje de Sáhara. No en vano, él fue el que se trasladó a El Aaiún en 2006, cuando llegó medio moribunda, y el que le dio los primeros cuidados, antes de ser trasladada al Instituto Canario de Ciencias Marinas, primero, y al Loro Parque, después, donde terminó de recuperarse. El animal luego fue trasladado a un santuario de focas en Gran Bretaña y liberado el 9 de octubre en Escocia.
Los expertos colocaron a Sáhara una baliza de posicionamiento vía satélite para ver qué hacía y descubrieron con asombro que volvía al sur. El domingo contemplaron con asombro que llegó a las costas vascas y enseguida se dieron cuenta de que viajaba por una carretera de manera muy rápida. Lo lógico era pensar que estaba siendo trasladada en un automóvil.
Como no tenían con quién contactar en Euskadi, los científicos británicos contaron lo que estaba ocurriendo a Loro Parque, cuyos directivos enseguida llamaron a Calabuig. Éste se puso en contacto con una asociación especializada en varamientos de cetáceos, Ámbar, cuyos miembros ya estaban con la foca.
El animal había sido trasladado al centro de recuperación de fauna salvaje de Bizkaia, en Gorliz, un municipio a 25 kilómetros de Bilbao con unos 5.300 habitantes. Y ese movimiento fue el que detectaron los expertos británicos.
Situación
"Aparentemente está bien", informó ayer Pascual Calabuig. Este periódico intentó saber la opinión de sus cuidadores actuales, a través del equipo que dirige el veterinario Iñaki Intxausti en Bizkaia, si bien al cierre de esta edición no fue posible conocer el estado del animal.
Sin embargo, Calabuig no es muy optimista con la posibilidad de devolver otra vez al mar a esta foca. "Pinta mal", reconocía ayer por la tarde, "porque volver a bajar tan al sur no es habitual y además no se tendría que dejar coger con tanta facilidad".