La efectividad de la dieta podría depender de la genética
Europa Press
Miércoles, 13 de julio 2016, 01:00
Cuanto un amigo obtiene buenos resultados de una dieta, pero luego no nos sucede lo mismo a nosotros, puede deberse a que la respuesta a la dieta es muy individualizada, según revela una investigación realizada en ratones, cuyos datos se presentan en la Conferencia de Genética Aliada que se celebra en Orlando, Florida, Estados Unidos, hasta el domingo. "Hay una generalización excesiva de los beneficios para la salud o riesgos vinculados a ciertas dietas --señala William Barrington, investigador de la Universidad Estatal de Carolina del Norte que realizó este trabajo en el laboratorio de David Threadgill, en la Universidad A & M de Texas, Estados Unidos--. Nuestro estudio mostró que el impacto de la dieta es probable que dependa de la composición genética del individuo comer la dieta, lo que significa que diferentes personas tienen distintas dietas óptimas". El nuevo estudio no sólo tiene implicaciones para las personas que buscan la dieta más saludable, sino también para las recomendaciones dietéticas, como las que emite la agencia estadounidense del medicamento y la alimentación. Estos consejos se basan en las respuestas medias de muchas personas, que pueden no ser aplicables a muchos individuos. "Los ratones proporcionan un poderoso modelo para el estudio de los efectos de las dietas en distintos fondos genéticos porque tienen susceptibilidades similares a la obesidad y el síndrome metabólico, y podemos modelar la diversidad genética que se observa en los seres humanos controlando los factores ambientales", dice Barrington. Los investigadores utilizaron cuatro cepas de ratón para modelar la diversidad genética. Todos los ratones de cada cepa comparten la misma genética, por lo que representa la genética de una persona. Las diferencias genéticas entre las dos cepas fueron similares a la de dos personas no relacionadas. Durante seis meses, los roedores recibieron alimentos equivalentes a la dieta occidental de hoy, una dieta tradicional japonesa, una dieta mediterránea tradicional, o una rica en grasas, una baja en carbohidratos similiar a la Atkin conocida como cetogénica, mientras que algunos ratones recibieron comida de ratón estándar para comparar los resultados. Los animales podría comer tanta comida como ellos querían, pero los investigadores contabilizaron cuánto habían consumido. Los autores tuvieron cuidado para que las dietas de prueba coincideran con lo que las personas coma en esa misma dieta. Por ejemplo, la dieta japonesa emplea arroz como el hidrato de carbono principal y se incluyó extracto de té verde para imitar los efectos de este compuesto bioactivo. Para que la dieta mediterránea, el trigo era el principal carbohidrato, y se incluyó extracto de vino tinto para imitar este componente fundamental de la dieta. LAS CAUSAS DE LA OBESIDAD SON DIFERENTES Los científicos monitorizaron una variedad de respuestas a la dieta relacionadas con la salud y encontraron que los efectos de cada dieta eran fuertemente dependientes de la cepa de ratones. Mientras que los roedores que se alimentaron de la dieta occidental generalmente mostraron efectos negativos para la salud, incluyendo obesidad, enfermedad de hígado graso y efectos perjudiciales sobre el colesterol, la gravedad de los mismos varió ampliamente dependiendo de la cepa. De hecho, una cepa de ratones apareció en gran parte resistente a los efectos negativos para la salud de esta alimentación. La dieta occidental y la dieta cetogénica, que son altas en grasa, mostraron respuestas opuestas en dos cepas de ratones. En una cepa, los investigadores observaron efectos en la salud muy negativos de la dieta occidental, incluyendo obesidad y enfermedad del hígado graso, pero no vieron efectos negativos para la salud cuando esta cepa se comió la dieta cetogénica con alto contenido en grasas y baja en carbohidratos. Por otro lado, una cepa diferente de ratones aumentó su peso y presentó signos de síndrome metabólico en la dieta cetogénica, pero estaba mucho más saludable en la dieta occidental. "También encontramos que las causas de la obesidad son diferentes --subraya Barrington--. Algunos ratones con dietas específicas simplemente consumían más calorías y esto los llevó a convertirse en obesos. Sin embargo, los roedores en otras dietas comieron menos, pero incluso así se volvieron obesos". Para todas las cepas de ratón, la dieta cetogénica elevó la quema de calorías sin un aumento en el nivel de actividad, pero algunas cepas de ratones comían tanto en esta dieta que se volvieron obesos y experimentaron efectos negativos para la salud. "Dada la similitud metabólica y genética de los seres humanos y los ratones, es altamente probable que el nivel de la diversidad de la respuesta a la dieta visto en nuestro estudio también se observe en humanos --apunta Barrington--. Puesto que hay diferentes dietas óptimas para distintos individuos, esto subraya la necesidad de precisión en la nutrición, detectando los patrones dietéticos óptimos para cada persona". Los investigadores están trabajando ahora para identificar los genes y mecanismos biológicos implicados en las distintas respuestas a las dietas. Esta línea de trabajo podría conducir al desarrollo de una prueba genética que identique quién es probable que se beneficie o experimente efectos negativos para la salud de ciertas dietas.