La crispación crece en el PSOE tras la declaración 'fantasma'
El sábado pasado, a las seis y media de la tarde, «la dirección de la comisión ejecutiva del PSC» emitió una declaración con importantes críticas a la Ley del Suelo. Y este comunicado -el primer posicionamiento oficial de la organización casi un año después de que el Gobierno hablara de cambios en la normativa sobre el territorio-, lejos de calmar a quienes han demandado un pronunciamiento de la cúpula socialista, ha vuelto a generar malestar por las formas. «Vamos a ciegas», dice un dirigente regional. De entrada, son muchos representantes del partido -miembros del grupo parlamentario, dirigentes insulares, voces institucionales y orgánicas, etc.- los que desconocen el documento completo -apenas un par de pantallazos de whatsapp- o quien lo emite, por qué se hace una tarde de sábado del mes de agosto, a dos días de que se apruebe el proyecto de ley por parte del Gobierno -en el que también se sientan socialistas-, o por qué no se convoca a los órganos del partido para debatirlo antes de hacerlo público. Ni siquiera tenían conocimiento de que se iba a producir esta declaración la portavoz única nombrada por la ejecutiva socialista para hablar de la Ley del Suelo, la diputada Nayra Alemán, ni uno de los parlamentarios díscolos, Gabriel Corujo, que ha demandado debate interno antes de un pronunciamiento del partido. Ambos apuntaron que este comunicado no exime a la organización de plantear un debate interno en los órganos pertinentes que respalde la posición de la formación. De lo que casi nadie dudaba ayer en el PSC es que este texto pone en una situación comprometida a la vicepresidenta, Patricia Hernández, que se sentó en la mesa del Consejo de Gobierno y dio su respaldo al proyecto de ley. Salvó los muebles con un inusual comunicado posterior a esta reunión en el que puntualizaba que el trámite parlamentario está abierto a las mejoras que los grupos consideren pertinentes, de manera que su apoyo a la iniciativa del Ejecutivo no supone una discrepancia directa con su partido. Tampoco se descartaba que la declaración hubiera sido pactada con el objetivo de tener un argumento que evite dar la imagen de que el Partido Socialista asume sin discusión un proyecto de ley elaborado por Coalición Canaria. El factor precongresual tampoco es ajeno a la crispación interna y que conduce, desde todas sus vías, a la ausencia de dirección en el PSC desde que José Miguel Pérez anunciara su intención de no continuar la frente del partido pero sin fecha para dejar la Secretaría General. Estas voces apuntan a que existe un intento de debilitar a la vicepresidenta, Patricia Hernández, ante sus aspiraciones de hacerse con la organización en Canarias en un cónclave que no acaba de convocarse, en espera de que se celebre primero el congreso federal. Esta opción fue calificada como «peligrosa» y «corta de miras» por poner en riesgo la posición socialista en el Gobierno por «mantener un pulso orgánico». En cualquier caso, más allá del malestar, los socialistas concluían ayer que la declaración de la dirección debe ser el punto de partido para propiciar un debate. Este documento, apuntaba un dirigente, «no es la posición del partido, deben hablar sus órganos».
