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La pretemporada del Gran Canaria, agotada ayer con un ensayo a puerta cerrada ante el Canarias, ha estado mediatizada en las conclusiones por los innumerables problemas que ha encontrado Pedro Martínez en el trabajo por las hasta cinco lesiones que han ido apareciendo en distintas fases de la preparación. Solo una posición no se ha visto alterada, la de base, donde Jon Scheyer y Tomás Bellas han aglutinado el peso de la rotación.
En principio, cuando se concibió la plantilla, se contaba con dos bases naturales: Bellas y Óscar Alvarado. Además, Berdi Pérez buscó en el mercado un escolta que también pudiera actuar como director de juego. Así llegó al grupo claretiano Jon Scheyer, un ídolo de la Universidad de Duke, y que provenía del Macabbi de Tel Aviv.
La combinación de minutos entre Scheyer y Bellas ha propiciado que el protagonismo de Alvarado decreciera. De hecho, en el partido de vuelta de la Copa Toyota el base de la cantera, al que se le reformuló el contrato el pasado verano, se quedó sin un solo dígito en la estadística del partido. Allí mismo se le preguntó al entrenador por ese detalle, y reconoció que no existía ninguna motivación física para ello.
A su vez, Martínez refrendó lo que se había constatado durante los ensayos estivales, que Scheyer va a tener mucho minutos como uno durante la temporada. Más ahora que se ha recuperado Ryan Toolson para jugar como escolta. Scheyer disputó 27 minutos y anotó 13 puntos. En el club se valora «el tempo» que le da al juego del equipo, contrapunto a la agresividad de Bellas.
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