La biomasa, una opción del Norte
La producción de leña y astillas de eucalipto para su empleo como combustible de calderas en instalaciones hoteleras, entre otras posibilidades, tiene "un enorme potencial" en el norte de Gran Canaria, que reúne 2.200 de las 3.155 hectáreas que ocupa en la Isla y tiene potencial para 5.000.
Las 300 hectáreas de eucaliptares del Norte en condiciones de productividad óptima, de 2.200 existentes, podrían generar entre 6.000 y 10.000 metros cúbicos de biomasa al año, siendo la producción de leña y astillas la opción más favorable para dar salida en el mercado a este "enorme potencial de aprovechamiento de madera".
Esta es una de las conclusiones del informe del ingeniero Roberto Castro sobre valorización del sector de la biomasa en el Norte, presentado en las XII Jornadas Forestales de Gran Canaria, que aboga por facilitar la creación de una industria local sustituyendo las actuales calderas de gasoil por otras alimentadas con astillas en las piscinas municipales de la comarca.
El estudio destaca el uso cada vez más extendido de biomasa astillada o peletizada en las calderas de ACS (Agua Caliente Sanitaria) y prevé en el sector hotelero de Gran Canaria "una demanda creciente y exponencial en la medida que los complejos hoteleros renueven sus instalaciones con miras al ahorro y eficiencia energética".
En la actualidad, la Isla suma en torno a 3.155 hectáreas de eucalipto, de las cuales 2.200 se encuentran en la comarca Norte. Algo más del 50 % se concentran en los municipios de Guía y Moya. La mitad, por cierto, se enmarca dentro de espacios naturales protegidos, principalmente en el Parque Rural de Doramas, con 835 hectáreas.
La superficie potencial de plantación de eucaliptos en el Norte es de hasta 5.000 hectáreas, las previstas para especies forestales de rápido crecimiento en el Plan Territorial Agropecuario, concentrándose en su mayoría en zonas de costa para la recuperación de terrenos agrícolas abandonados.
Visto el panorama actual de los eucaliptos en la comarca, el estudio concluye que lo más óptimo sería el aprovechamiento y la erradicación paulatina de 1.879 hectáreas en búsqueda de formaciones con flora autóctona y la concentración de la industria en 262 hectáreas para un uso más intensivo. En ellas se podría lograr una producción anual de 40 metros cúbicos por hectárea.