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Juan Felipe Carrasco: «Hay que comer menos huevos y lácteos»

Jueves, 27 de marzo 2014, 00:00

El ingeniero agrónomo y experto en biotecnología ofrece dos charlas en la isla. la primera este jueves, alas 20.00 horas, en el centro bibliotecario insular de Puerto del Rosario; y la segunda el martes en la cilla-museo del grano de la oliva, a las 19.00 horas.

¿Ni un tomate majorero podemos comer sin pensar que es transgénico? Todo lo contrario. En España solamente están autorizados transgénicos relacionados con el maíz a nivel de cultivos, concretamente se trata del maíz Monsanto 810, de la conocida multinacional por su actividad tóxica a lo largo del siglo XX. Si por ella fuera, ya hubiera conseguido doblegar a nuestros gobiernos para que hubiera tomates y otros productos hortícolas. A nivel de importación también se está importando soja transgénica desde Brasil, Argentina y Estados Unidos, pero no se puede cultivar en Europa. Si en Fuerteventura hay tomates transgénicos, son ilegales. ¿Y el gofio, el producto hasta el siglo XX base de la dieta canaria? Si es de trigo, no hay problema. Puede ser fruto de una agricultura tóxica, industrial y nada ecológica, pero no transgénico. Si es gofio de maíz, como ya no se cultiva desgraciadamente en las islas, suele ser importado de Argentina o Estados Unidos, por lo tanto con una alta probabilidad de ser transgénico. ¿Entonces qué desayuno se puede dar a los hijos? Propondría que desayunaran bastantes frutas cultivadas de manera ecológica y que aportaran una serie de nutrientes fundamentales necesarios. Propondría pan integral ecológico y desde luego reduciría al mínimo los lácteos porque hay que pensar que la mayor parte de los lácteos, ya sean yogures, leche, quesos e incluso huevos, provienen de animales alimentados con transgénicos y mal tratados. Por lo tanto, yo aconsejaría ningún lácteo y los pocos que provengan de una ganadería ecológica. ¿Qué armas le quedan al consumidor frente a los transgénicos? Muchas cosas. La resistencia siempre es igual de poderosa que el propio ataque de la industria. Podemos consumir menos lácteos y menos huevos, que además le vendrá muy bien a nuestra salud y a la salud del planeta porque tenemos que recordar que el 80% de las cosechas del mundo se dedica a alimentar a animales y no a personas. Por eso, comer menos lácteos y huevos aquí, en los países ricos, produce más justicia social a nivel global. Podemos comerlos pero de agricultores y ganaderos ecológicos y más relacionados con la producción local y con menos petróleo a sus espaldas por haber sido transportados hasta aquí. Podemos comer productos relacionados con la temporada. ¿La bollería a un euro debería estar perseguida? La bollería industrial es negativa en su conjunto para la salud de las personas y del medio ambiente. De la gente, porque lleva grasas y edulcorantes provenientes del maíz transgénico. Medioambientalmente, producir tan barato significa que alguien en algún lugar tiene que estar pagando los costes.

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