Juan Espino: «Es difícil que me vea fijo de nuevo en un terrero»
Después de casi un año del anuncio de su retirada indefinida de la lucha canaria obligado por una lesión de rodilla, ha pasado por el quirófano sin la ayuda de la federación. Aunque retomará la alta competición, dará prioridad a proyectos y objetivos internacionales.
Al fin ha pasado por el quirófano para acabar con la lesión de rodilla que le apartó de la lucha. ¿Cómo se encuentra? Estoy contento. La operación ha sido un éxito. Tenía miedo por cómo podía salir la cosa, pero los médicos se quedaron contentos de la forma en la que quedó la rodilla tras la intervención. La duda antes de operarme era si podía o no seguir compitiendo al máximo nivel o tenía que retirarme definitivamente, y afortunadamente tras el período de recuperación podré volver a hacer deporte. ¿Temió lo peor antes de pasar por el quirófano? Sí. Recuerdo una conversación con el radiólogo en la que me dijo que tenía la rodilla de una persona de 65 o 70 años. El dolor era insoportable. Me hicieron un raspado de una úlcera y me han colocado un tendón que hará las veces del menisco amortiguando el movimiento de la articulación y me han colocado el menisco, que se me había rodado. Ahora sigo teniendo una rodilla de 65 años, pero recuperada. ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cuánto tiempo tardará en volver a competir? El suelo no lo puedo volver a pisar hasta el 15 o 20 de abril ( fue intervenido el 4 de marzo) y luego la rehabilitación puede ser de cuatro a cinco meses más. Hasta el verano no hay nada que hacer. Pero si todo va bien, no quedarán secuelas. ¿Un campeón como Juan Espino cómo lleva estar parado tanto tiempo? Es horrible. En 15 ó 20 días he cogido seis kilos al estar parado. Encima toda mi gente y mis amigos son muy amables y me traen dulces, es imposible mantener la forma. Se lleva muy mal no hacer deporte a pesar de que estoy haciendo ejercicios con elásticos. Afortunadamente ya había bajado peso antes de la operación y me había puesto en 125 kilos. Es la vez que más tiempo he estado parado en mi carrera y se hace muy complicado para una persona que siempre ha hecho deporte. Se hace muy difícil. ¿Esta operación le hace replantearse su carrera profesional? El futuro ya me lo había planteado de otra forma antes de la operación. Tengo un proyecto que consiste en hacer varios viajes y participar en competiciones por el mundo, quiero seguir con la selección española de lucha grappling, que justo me han llamado para los europeos en Roma este verano; desde India recibo llamadas del presidente de su federación para que vaya a competir... Los compañeros de la lucha canaria, Álvaro Déniz, Gomerito o los compañeros del Almogarén me han venido a animar para que vuelva En momentos así ves realmente a la gente que te quiere en la competición, al margen de la rivalidad deportiva que pueda existir en los terreros. Denunció la falta de apoyos tras lesionarse. ¿Se ha sentido maltratado o poco valorado por la Lucha Canaria? Me he sentido traicionado por algunas personas. Recuerdo que hace seis o siete años la Federación dejó también desamparado a un compañero en Tenerife. El seguro no lo cubrió, hicimos una lucha amistosa para ayudarle e incluso hice una aportación personal para que se pudiera recuperar. Conmigo ha vuelto a suceder. Al margen del aspecto económico, en el que me ha ayudado finalmente la empresa privada Plus Car, a mí no han sido capaces de llamarme para preguntarme como estoy. Hoy hay nueve equipos en Primera, más los de Fuerteventura y Lanzarote que vienen a Gran Canaria a competir. Pero hace cuatro años nadie daba un duro por esto y unos pocos sacamos adelante la Liga en la isla para que la lucha canaria no se perdiera en Gran Canaria. Incluso yo pospuse mi viaje a Estados Unidos para sacar adelante el proyecto porque me pidieron ayuda. No quiero un reconocimiento, pero al menos una llamada para saber cómo estoy tras la operación. Los compañeros y el presidente del Almogarén, Pepe Gómez, se han preocupado, pero nada desde la Federación. ¿Cómo se explica el silencio federativo? Espero que no sea una represalia porque hace unos meses expliqué lo que había pasado en CANARIAS7, dije que nadie me daba soluciones a mi problema de la lesión. Nadie de la Federación medió con el seguro para poder operarme y me daban largas con la documentación. Desde ese momento no he tenido ninguna respuesta más ni ninguna solución. Se desprende, por tanto, que no volverá a la lucha canaria... Después de esto, ¿cree que me apetece volver a presentarme a un concurso o formar parte de un equipo? La verdad es que estoy bastante desactivado y desilusionado con la lucha canaria. Y ofertas no me faltan, puesto que el Almogarén y otros clubes me han llamado para incorporarme cuando me recupere. Cuando esté listo ya valoraré si vuelvo a los terreros o no, pero sí tengo claro que me voy a centrar en las otras modalidades como la lucha senegalesa, la lucha-playa, grappling La lucha canaria, si vuelvo, pasará a un segundo plano. Tengo el desafío solidario con Gomerito tras el verano para recaudar dinero para una niña de un amigo, pero no sé si voy a volver a competir. Es difícil que me vea en un terrero de lucha canaria fijo como antes. Quiero volver a luchar fuera de las islas y revalidar todos mis títulos internacionales y después, en dos o tres años, me retiraré. El Unión Sardina es el último campeón. ¿Cómo analiza la lucha canaria actual? Creo que tenemos que abrirnos más y aprender de otras modalidades. No hay que obcecarse en algo que se creó hace décadas y no evoluciona. Las luchas evolucionan, si no vamos a terminar en un deporte folclórico que solo se hace en exhibiciones o en verano como la lucha femenina. Hay que trasmitir al espectador el conocimiento de la lucha y que prevalezca el espectáculo para llenar cada semana los terreros como sucedió en la final de la Liga Cabildo de Gran Canaria de Primera recientemente. La mejor manera de cambiar las cosas es desde dentro... Me han propuesto estar en planchas alternativas para la Federación Regional. La verdad es que no me importaría ayudar, pero ahora mismo es complicado volcarme por mi carrera deportiva y mis empresas. Creo que la lucha canaria merece a gente experimentada pero que también le dedique mucho tiempo. En el futuro ya se verá... ¿Sueña con volver a competir en Estados Unidos? Me gustaría estar allí un tiempo. No estoy con el pensamiento del sueño americano porque ya he estado allí y mis raíces y negocios están en Gran Canaria, pero sí me gustaría pasarme temporadas compitiendo allí. Pero antes quiero hacer un documental sobre las luchas en el mundo. Explique ese proyecto. Después de participar en el Informe Robinson de Canal+ sobre la lucha senegalesa me di cuenta que hay poca información sobre las diferentes luchas que hay en el mundo. Quiero recopilar y dar a conocer las más importantes en un documental gracias a amigos empresarios y unos aventureros con los que he compartido la experiencia de subir un 6.000 en Bolivia recientemente. Quiero ir a Japón, Mongolia, Turquía, volver a Senegal, participar en el calcio histórico italiano, la lucha tártara en Rumanía No solo se trata de un proyecto deportivo, sino cultural para hacer un intercambio de la lucha canaria con otras por el mundo porque compañeros como Gomerito, Álvaro Déniz o Eliecer también les apetecer probarse en otras modalidades y yo les puedo hacer de nexo de unión. La Federación Regional ha hecho mal las cosas y no ha cuidado las relaciones con federaciones de otros países. Estábamos en la federación de luchas internacionales y en la de luchas tradicionales europea, pero a la canaria la echaron por su mala gestión. Incluso ha conseguido estar a seis mil metros con la rodilla maltrecha. ¿Cómo recuerda la experiencia con el alpinista Javier Cruz en Bolivia? Fue un desafío fuera de mi ámbito natural apasionante. Tiene más mérito aún después de ver cómo estaba mi rodilla. La gente de la lucha me ha preguntado si lo repetiría, y ahora diría que no por cómo sufrí y tengo la pierna, pero supuso una de las experiencia más enriquecedoras de mi vida porque la montaña me puso al límite. Creo que si se acercase otra vez la fecha estaría con muchas ganas a pesar de los momentos duros que pasé. Fue muy bonito y se lo agradezco a Javi Cruz y el resto de los compañeros a pesar de los momentos de peligro y tensión. Nunca he vivido algo tan difícil como eso. ¿Qué le queda por conquistar o a qué aspira en el deporte? No tengo la ambición de ganar nada en concreto. Casi todo lo que me he propuesto en mi carrera lo he logrado afortunadamente. Quizás solo me faltó ir a unos Juegos Olímpicos. Decidí no intentarlo, que no es lo mismo que no haber tenido la oportunidad de intentar ir. Por ejemplo, Pedro Jacinto recibió la invitación como yo a los 20 años para ir al Centro de Alto Rendimiento y él se fue, pero no ha conseguido aún estar en unos Juegos. Eso, y haber peleado en algún evento importante de MMA, porque me falta la lucha de Mongolia que espero probar pronto. He sido el primer extranjero, como en Senegal, en hacer muchas luchas y mi reto es revalidar los títulos internacionales que he conseguido. Formó parte de un proyecto para combatir el acoso escolar en los colegios e institutos. ¿Cómo resultó la experiencia? ¿Debe acercarse más la lucha canaria a la sociedad? Como deportista de la lucha canaria fui por los colegios dando charlas a los niños sobre el bullying hace unos años porque yo fui un niño que lo sufrí en mi infancia. Era bastante callado y me crié con mi madre en el campo, por lo que fui muy machacado al llegar a la capital. Hoy en día queda poco de aquel niño, pero mi experiencia sirve como ejemplo para esos niños que lo están pasando mal por el acoso que sufren. El deporte me sirvió para evadirme de los problema y conseguir alcanzar metas. Es la primera vez que hablo de eso públicamente a pesar de que pasé por más de 20 colegios. Asistieron más de 5.000 niños y luego me mandaban cartas contándome su experiencia y dándome las gracias. Fue muy enriquecedor. La lucha también transmite valores muy importantes, como el afán de superación y el respeto hacia el otro. Ese trabajo lo tienen que hacer todos los deportistas de cualquier disciplina. Si ahora mira atrás. ¿Qué ha aprendido de los años de alta competición? Que en la lucha todo puede cambiar de un momento a otro. Muchas veces he ganado sin merecerlo y otras veces era claro favorito y he llegado a una final y me he lesionado de la rodilla o por una gastroenteritis he perdido. La clave está en mantener los pies en el suelo y tener respeto al rival. Al final de todo, siempre quedan más amigos que enemigos a pesar de la rivalidad. Con la madurez sabes separar la competitividad de dentro de un terrero del compañerismo, que debe de prevalecer. Siempre existen envidias, gente que se alegra cuando las cosas no van bien, pero son muchos más los compañeros y amigos que guardo en toda mi trayectoria.