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Joaquín Costa: "Empezamos entrenando en el garaje... Esto es increíble"

Joaquín Costa: "Empezamos entrenando en el garaje... Esto es increíble"

Jueves, 1 de enero 1970

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¿Ha podido dormir tras la histórica victoria frente al Unics Kazán? Si tengo que ser sincero, lo justito. Fue una enorme satisfacción, algo que todavía, quizás, no acertemos a asimilar como se debe. Pero esas horas de sueño que me quitó la felicidad de ese gran partido las llevo bien, demasiado bien (ríe). Suena la bocina, estalla el Gran Canaria Arena, el equipo es finalista. Y Joaquín Costa se acuerda de... Pues de muchas cosas. Para empezar, esto va por nuestra fantástica afición. La que fue al pabellón, y que estuvo sensacional, y la que en todos estos años ha estado ahí y nos ha permitido crecer hasta superar los 8.000 abonados. Me acordé de estos jugadores y técnicos que nos permiten vivir un sueño maravilloso. El trabajo que han realizado desde que arrancó la temporada no tiene nombre. Lo merecen todo. No me olvido de la gente del club que trabaja en silencio, sin salir en los medios y que hacen una labor valiosísima. Berdi Pérez, Alberto Miranda, empleados, técnicos de la base, equipo médico y de fisios, delegados, técnicos de base... No quiero dejarme a nadie fuera. El club en peso. Y, evidentemente, patrocinadores, el Cabildo de Gran Canaria, con el consejero Lucas Bravo de Laguna al frente, incansable en los apoyos para que estemos donde estamos, el apoyo de los medios de comunicación, figuras históricas como Lisandro Hernández o Pepe Moriana que, estando fuera, no han dejado de sumar... ¿Algún recuerdo más íntimo? Confieso que cuando quedaban dos minutos y la gente empezó a celebrar todo, porque ya teníamos la final en el bolsillo, no pude evitar remontarme 33 años atrás, cuando cogí al equipo y nos entrenábamos en una cancha que parecía un garaje. Recuerdos muy bonitos de unos inicios duros pero que, ahora, compensan todo. Si entonces le dicen esto... Pues no me lo hubiese creído en la vida. Ahora bien, que esto se entienda como quiero. Por nuestros jugadores, Aíto y la afición, por Gran Canaria, desde luego que merecemos ya no jugar la final. Merecemos ganarla. Pero, evidentemente, estar donde estamos es algo grandísimo, que nunca ha tenido precedentes y que, repito, cuando pase el tiempo, se recordará con la trascendencia debida. No hay discursos conformistas ya. Albert Oliver, por poner un ejemplo ilustrativo de cómo respira el vestuario, habla de que quedan dos pasos... Como dice Aíto, ahí estamos. Y si estamos ahí, pues no veo el motivo de renunciar a llegar más allá. Dicho con todos los respetos a un Khimki que cuadruplica nuestro presupuesto y que, sin duda, carga con el cartel de gran favorito. Eso sí, como ha ocurrido en todos los partidos, que nadie dude de que este Gran Canaria se va a dejar la piel en la cancha y va a pelear cada canasta, cada posesión y cada minuto. ¿Sueña con el título? Debemos hacerlo porque este equipo ya nos está haciendo soñar y merece nuestra confianza. Bajé al vestuario tras el partido y noté un cansancio enorme en todos los jugadores. El calendario ha sido infernal. Digo esto porque, factores físicos al margen, fueron capaces de ganar con justicia a un equipazo como el Kazán desde un compromiso terrible. No es que dieran todo lo que llevan dentro. Dieron más de lo que llevan. Claro que sueño. ¿Ha tenido la oportunidad de hablar ya con el entrenador de lo que se avecina en ese doble enfrentamiento ante el Khimki? Aíto está pensando en el próximo partido. Más allá del Fuenlabrada, no hay nada. Es la clave de su éxito permanente. Por algo es el mejor. ¿Qué opinión le merecen algunas críticas hacia Aíto tras la eliminación de Copa del Rey o al calor de alguna derrota liguera? ¿Ha percibido oportunismo? Hemos vivido algún momento complicado, pero con Aíto hablar de dudas o injusticias es algo que no cabe. Es especial, tiene un aura única. Está por encima de todo. Siempre estuvo centrado en entrenar al equipo. Sobrellevó todo de maravilla. Ahí está el ejemplo de madurez y fuerza de un equipo capaz de soportar una carga de partidos tan dura. ¿Oportunismo? Bueno, cada uno que asuma lo que haya podido decir. Ahí están el trabajo y los resultados. Ante el Khimki, en la ida, ¿se quedará pequeño el Arena? No tengan la menor duda.

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