Hoffman, una fotógrafa del romanticismo
La fotógrafa holandesa afincada en Gran Canaria, Monique Hoffman, inagura esta noche en la galería Saro León su proyecto Wonderland, una serie fotográfica que invita al espectador a imaginar la historia que está detrás antiguos camisones y vestidos infantiles que pueblan imponentes paisajes y mansiones ruinosas.
El trabajo de Monique Hoffman (Helmond, Holanda, 1966) es muy onírico. A través de ligeros camisones y antiguos vestidos infantiles, rescatados de tiendas de segunda mano y rastrillos, la artista de origen indonesio lleva el romanticismo a la fotografía.
Las prendas, volando sobre montañas o flotando en mansiones ajadas, invitan al espectador a reconstruir historias femeninas, impregnadas de misterio, inocencia y sensualidad.
«Parecen salidos de la novela Cumbres borrascosas, de Emily Brontë», comenta Hoffman, que ya expuso algunas de estas piezas el pasado verano en Tenerife Espacio de las Artes TEA.
La fotógrafa viene desarrollando este proyecto, titulado Vestidos de sueños, desde el año 2004, cuando empleó estos sugerentes atuendos en su trabajo de final de carrera.
«Estas obras están muy relacionadas con la infancia y con mi fascinación por los camisones de mi madre. A través de ellos entré en un mundo de sueños y fantasía», explica la creadora, que deja volar las prendas en distintos espacios naturales para referirse a la efímera libertad de la infancia y la juventud. «Los paisajes son perfectos como escenarios para contar una historia. Son muy sugerentes», relató esta creadora que ha encontrado en la Isla un lugar inspirador. Pero más allá de las historias que puedan sugerirle al espectador estas prendas, para ella tienen un significado muy especial. «En mi casa de mis padres había un baúl que habían traído de Indonesia lleno de ropa de mi abuela y de mi madre. De pequeña me fascinaba. Era el baúl de los tesoros», comenta la artista que ha comprado un arcón similar en el que guarda los camisones antiguos que colecciona.
Durante años, Hoffman ha sembrado con vestidos blancos de gasa, encajes y bordados campos de margaritas, invernaderos, barrancos y caserones señoriales decrépitos. Estas intervenciones en el paisaje, realizadas entre 2009 y 2011, han quedado inmortalizadas en las 17 fotografías que se pueden apreciar hasta el próximo día 30 de noviembre en la galería de la calle Villavicencio de la capital grancanaria.
