Gerencia y trabajadores del ITC llegan a un principio de acuerdo
La dirección y el comité de empresa del ITC han alcanzado un principio de acuerdo que podría suponer la paralización del expediente de disolución de la entidad solicitado esta semana por el consejo de administración. Esta decisión ha precipitado los acontecimientos y, tras una última propuesta de los trabajadores presentada el jueves, el documento se votará el lunes.
El comité de empresa del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) hizo llegar el jueves por la tarde una nueva propuesta a la Gerencia de la empresa que, tras ser respaldada por el gerente, Gabriel Megías, fue detallada ayer a la asamblea de trabajadores y será votada por éstos el próximo lunes en los dos centros de Gran Canaria y uno de Tenerife. El documento contempla los recortes ya propuestos por la dirección del Instituto y que suponen una rebaja salarial del 13,3% hasta febrero de 2017, así como la renuncia a una paga extra en 2016 y 2017, que supone un 4% del salario anual. A cambio, se reduce una hora la jornada laboral y que, según el presidente del comité de empresa, Antonio Ortegón Gallego, «en realidad corresponde a un incremento del horario que se había impuesto con anterioridad». El representante de los trabajadores apuntó que, después de la asamblea celebrada ayer y que calificó de «muy difícil», los ánimos de los empleados del ITC están «más tranquilos», porque la decisión del consejo de administración solicitar a la Consejería de Economía la disolución de la empresa había generado una situación «muy grave». En cualquier caso, Ortegón Gallego apunta que, si finalmente la propuesta es aprobada por la plantilla, deberá ser «repasada» por los servicios jurídicos y «revisada» por el Gobierno. De todas maneras, lamenta que esta solución no incluya una garantía de viabilidad futura del Instituto Tecnológico «más allá de 2017 y ni siquiera hasta esa fecha». Además, entiende que se perjudica la ejecución del trabajo que se realiza en el ITC. Los empleados del Instituto consideran que el Gobierno ha mantenido con esta entidad un punto de vista «estrictamente economicista» en vez de plantearse disponer los recursos públicos suficientes para garantizar su actividad. La viabilidad, insiste el presidente del comité, se asegura asignando los recursos que necesita la empresa. En este sentido, los trabajadores del Instituto Tecnológico de Canarias temen que el objetivo final de la Administración sea «desmantelar» la empresa y critican que no se haya definido un «plan real». Agregan que es «una incógnita, pero los hechos consumados son una caída continua de la financiación y una apuesta por la I+D+I cada vez menor». Insisten en que están dispuestos a seguir negociando porque su mayor interés es «trabajar, seguir con los proyectos y mantener un clima laboral aceptable». La decisión del consejo de administración de pedir la disolución del ITC por considerarlo «inviable» viene precedido de un largo periodo de negociaciones que se han ido tensando. La empresa señala que ha presentado seis propuestas que han sido rechazadas y los trabajadores afirman que ha sido siempre el mismo documento con pocas variaciones. Recientemente, el consejero de Economía, Pedro Ortega, responsabilizó a la actitud «inflexible» de los trabajadores del estancamiento de la negociación.
