Ensayo general en La Romareda
En apariencia un partido de relleno en un marco para lucirse, el choque en La Romareda tiene su miga. No solo porque aún se mantengan remontas opciones a la vía directa, o porque se aspire a la tercera plaza, sino porque el Zaragoza podría cruzarse en la promoción.
Vestidos para la ocasión y con el escenario engalanado, Las Palmas afronta un ensayo general en La Romareda. Con poco que ganar, el equipo de Herrera visita uno de esos estadios que evocan grandeza, que recuerdan lo que esta por venir. Aún tiene que confirmar su presencia en las eliminatorias por el ascenso el Zaragoza -es sexto con cuatro puntos de renta y seis aún en juego- pero nadie duda de que cerrará el cuadro de aspirantes de postín, con permiso de la Ponferradina, que pugnará por la última plaza de Primera esta temporada.
Aunque el resultado sirva de poco, mucho más para el anfitrión, la UD podrá testar sus capacidades antes un posible rival en la fase decisiva. El Valladolid parece que será el primer obstáculo si los cálculos no fallan, pero el conjunto aragonés podría ser el otro finalista, por lo que habrá que tomar nota de virtudes y defectos en el simulacro.
La duda reside en si mostrar todas las cartas para asustar o, por contra, guardar ases en la manga para tener mayor capacidad de sorpresa en un hipotético cruce en un futuro no muy lejano. En cualquier caso, y ante la posibilidad de un milagro improbable, no conviene un patinazo en Zaragoza por aquello de la autoestima y ante la posibilidad de terminar terceros. En ese caso, ambos se medirían en el primer cruce de la promoción.
Herrera seguirá su plan de rotaciones, pero sin experimentos. Oxigenado con sangre nueva y sin la presión de la clasificación, Las Palmas ha recuperado el tono y la credibilidad con tres triunfos y dúo Viera-Araujo asustando. Mejor será meter miedo en Zaragoza, que no mostrar debilidades antes de la fase decisiva.