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El Gobierno cambia este viernes la contratación y la formación profesional

El Gobierno cambia este viernes la contratación y la formación profesional

EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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El Consejo de Ministros aprobará este viernes una reforma laboral que simplificará las modalidades contractuales, cambiará el modelo de formación profesional y reorientará las bonificaciones a la contratación y las políticas activas de empleo para que la ocupación de los jóvenes sea una "realidad".

Además, disminuirá las prejubilaciones, excepto en casos excepcionales, y pondrá freno a la práctica de usar la prestación por desempleo como mecanismo de jubilación encubierta, ya que el 25 % de los trabajadores que acceden a la jubilación provienen del desempleo, según el Ministerio.

Estas son las grandes líneas que la ministra de Empleo y Seguridad, Fátima Báñez, ha avanzado, pero sin dar detalles por respeto a los miembros del Consejo de Ministros, tal y como asegura.

En materia de contratación lo que ha descartado Báñez es que se vaya a implantar un contrato único, porque es "inconstitucional"; o que se vayan a poner en marcha "miniempleos (minijobs en inglés), que tienen una jornada más reducida y un salario menor.

De la formación profesional Báñez ha dicho que con la reforma se creará la denominada "cuenta formación" que acompañará al trabajador durante toda su vida laboral.

También se ha limitado al enunciado en cuanto a la reorientación de las bonificaciones a la contratación y de las políticas activas de empleo.

Lo que sí ha concretado es que, a medio plazo, como fomento del autoempleo se elevará del actual 80 % al 100 % lo que un parado puede usar para montar una actividad (la denominada capitalización).

Según Báñez, la reforma laboral será "completa, equilibrada, operativa y útil", algo en lo que también coincide el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que además añade que será "amplia y profunda".

Sus tres ejes son lograr más estabilidad en el empleo, más flexibilidad interna en las empresas para que no se recurra al despido como única medida de ajuste y más derechos para los trabajadores, especialmente en cuanto a formación profesional.

Esto va a suponer que la reforma "no sea un parche", frente a los 16 cambios normativos que hubo en la materia la pasada legislatura.

Además, "no va ir contra nadie", porque su fin es facilitar que los parados tengan oportunidades, y será útil para, a corto plazo, frenar la destrucción de empleo, considera la ministra.

Por el momento, Báñez no ha explicado a los sindicatos CCOO y UGT sus intenciones, lo que les ha molestado hasta tal punto que el secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha acusado al Gobierno de vulnerar el derecho de las centrales sindicales a la información.

Méndez califica además esta situación de "surrealista" e "infantil" y cree que el Gobierno actúa como si se tratase de un "protocolo secreto".

Desde CCOO se demanda al Gobierno que convoque la mesa de diálogo social tripartita (con los empresarios) para que les explique los cambios, algo que por ahora no está previsto.

Tampoco los sindicatos prevén convocar una huelga como medida de rechazo.

La reforma de mañana será la décimo sexta modificación de la legislación laboral aprobada desde la democracia.

La última fue del PSOE, se aprobó el 9 de septiembre de 2010 en el Parlamento y le costó una huelga general con unos ejes similares a la del PP: reducción de la dualidad y temporalidad, revisión de las políticas de bonificación a la contratación, programa de empleo de jóvenes, intermediación laboral y fomento de la reducción de la jornada como instrumento de ajuste temporal de las plantillas.

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