Ciudad y nacimiento de Juan Negrín

A las cuatro de la madrugada del día tres de febrero de 1892 veía la luz en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria Juan Negrín López, primer hijo varón del joven matrimonio formado por Juan Negrín Cabrera y Dolores López Marrero. El alumbramiento tuvo lugar en su casa de la calle mayor de Triana, actual nº 56, agregada a la Parroquia de San Francisco de Asís, y recibiría el bautismo el siguiente día 7.

Por aquel entonces la ciudad apenas contaba con una población de 20.756 almas, según datos del año 1887, el caserío ascendía por los riscos de San Bernardo, San Lázaro, San Nicolás, San Roque, San Juan y San José, al poniente o trasera de los dos viejos barrios de Triana y de Vegueta e iniciaba el avance tras la Portada, espacio limítrofe con la vieja muralla desaparecida, antaño erguida para su defensa.

Su nacimiento coincidió con el IV Centenario del descubrimiento de América, el mismo de la Exposición Provincial de Agricultura, Industria y de Las Artes celebrado en el recinto delimitado por las plazas de La Democracia, La Plazuela o de Las Ranas, Cairasco, la Alameda y San Francisco. Regía la alcaldía Francisco Manrique de Lara y era 1º Tte. alcalde Diego Mesa de León. Son tiempos llamados de la Restauración y de la Regencia de la reina viuda de Alfonso XII, María Cristina de Habsburgo, del bipartidismo político entre los liberales de Práxedes Mateo Sagasta y los conservadores de Antonio Cánovas del Castillo, por entonces presidente del Consejo de Ministros hasta el mes de diciembre que la entregará a su oponente, en aquello que de manera confusa se denominaría «turno regular».

Por entonces, el comercio de la ciudad se expande en beneficio de la isla, superado el ciclo económico de exportación de la cochinilla, y comienza el nuevo ciclo agrícola: plátanos, tomates y papas. Sin duda cabe destacar estos años como los primeros de resurgimiento y mejoras económicas para la ciudad, pues se realiza la construcción del puerto de refugio de Las Isletas, la ansiada aspiración colectiva conducida por Fernando León y Castillo, ya embajador en París desde 1887, que lo había conseguido y bajo su influencia gobernaba en las islas el partido Liberal Canario. Su hermano Juan dirigía ya las obras del puerto de La Luz para la firma Swanston and Co, una vez liberado de su función administrativa y separado políticamente de Fernando. También influyó el recrudecimiento del conflicto colonial en la isla de Cuba, la guerra grande entre 1868 - 1878 o de los 10 años que finaliza con la paz o tregua de Zanjón; la cercana guerra chiquita de 1889, que favorecen la producción local de azúcar y tabaco. Los canarios participaron en las tres guerras de Cuba en proporciones considerables, ya que la escasa renta de su población impedía a sus quintos pagar la redención. En muchos batallones peninsulares figuraron hombres de las islas que partieron para Cuba, pero hubo uno, en especial el Batallón Provisional de Cuba, posterior Batallón de Canarias, creado por RO el 19 de octubre de 1895, que fue el nº 21 de los enviados a la Perla de Las Antillas, compuesto por los quintos sorteados con ese destino procedentes de los Regimientos Regionales nº 1 y 2 de Baleares y nº 1 y 2 de Canarias. Por último, un número importante de canarios formaron parte del ejército mambís cubano.

El 5 de noviembre de 1895 una vieja postal acredita el desfile del Batallón regional nº 2 por delante de la antigua casa de los Negrín, compuesto por 95 soldados procedentes de Gran Canaria y otros 49 de las islas de Lanzarote y Fuerteventura, además de los oficiales y jefes, completando los 144 soldados de la 6ª compañía que desde el cuartel de San Francisco por las calles engalanadas de Las Palmas: Malteses, Triana, y en San Telmo, hasta el palacio Militar. Allí se subieron al tranvía en dirección al muelle de Santa Catalina, donde embarcaron en el vapor correo interinsular León y Castillo, en medio de un numerosos público que les despedía, al son de la marcha de Cádiz interpretada por la banda municipal dirigida por Antonio Manchado según la prensa de la época. Al amanecer del día 6 arribaron a Tenerife, donde quedó reunido todo el Batallón en el cuartel de San Carlos, antes de su partida para Puerto Rico y La Habana. Se construía por aquel entonces el teatro Tirso de Molina, el palacio del Gobierno Militar y el Hotel Santa Catalina, éste último en 1890. Comienzan las compañías carboneras y almacenistas a ubicarse en el Puerto: Miller, Grand Canary Coaling C.º, Blandy Brothers y Cia., Salvador Cuyás, etc.

Volviendo a los primeros años de formación de Juan Negrín, hemos conocido los tempranos pasos de su educación por quien fue su alumno, el médico Manuel Zenón Araña. Mientras se examinaba de Fisiología en la Universidad de San Carlos, en la cátedra de Juan Negrín, éste le preguntó si tenía algún parentesco con doña Salomé Araña y al contestarle que sí, que era su tía, el profesor le respondió: pues con ella aprendí las primeras letras en Las Palmas. Así pues, a un paso de su casa, en la calle Arena esquina Cano, se inició Juan Negrín en los estudios y conocimientos que tan buenos resultados le aportarán a lo largo de su vida.

Sin la menor duda, la influencia de los sucesivos avatares locales serán muy significativas para un niño de las características de Juan Negrín y sobre todas ellas lo será la pérdida para España de las islas de Cuba y Puerto Rico en Las Antillas, además de todas las posesiones de Ultramar, la isla de Guam en el archipiélago de Las Marianas en el Pacífico y el archipiélago de Filipinas en Asia tras la batalla naval de Cavite. También, el archipiélago de Las Carolinas tras su venta pasaría a ser de dominio alemán.

Este fue el contexto en el que nació y pasó su infancia Juan Negrín, un contexto de crisis fin de siglo y de profundos cambios, que provocarían tantos acontecimientos de los que nuestro personaje no solo fue testigo sino protagonista principal de muchos de ellos.

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