B&B: el dúo más dinámico de la noche madrileña
Antes que nada tengo que confesar que la expresión B&B no es invención mía. La autora es Carmen Rigalt y hace referencia a Borja y Blanca Thyssen, que se han convertido en el perejil de todas las salsas y saraos que se celebran en Madrid en horario nocturno (tampoco es cuestión de pegarse madrugones, no sea que no nos sienten bien).
Pues lo dicho, desde que se mudaron a Madrid, el hijo Tita y la nuera malvada , dicho sea lo de malvada desde la perspectiva de la baronesa, se han hecho habituales de las fiestas pijas de la ciudad. Siempre juntos, siempre sonrientes, siempre listos para salir en la foto y nunca dispuestos a hablar sobre sus disputas familiares-hereditarias.
Y para no aburrirse de la capital, cada quince días se dan un saltito a Barcelona para cambiar de aires y ver a la familia de Blanca. Porque, eso sí, a Carmen Cervera ni mentarla, ni dejar que vea a los niños, ni tratar de limar asperezas ni ná de ná; pero con su familia política Borja es un primor y no olvida que desde el principio los padres de Blanca apoyaron su relación y nunca les han dado la espalda... Elemental, mi querido Borja, que diría mi admirado Sherlock Holmes. Un mirlo blanco como tú no es fácil de atrapar, aunque en tu caso tampoco fue muy difícil.
Y en mitad de tanta ida y venida, el matrimonio se plantea un nuevo embarazo con la esperanza de que a la tercera vaya la vencida y esta vez sea nena y no nene (ya tienen dos, Sacha y Eric). Pues nada, ánimo y suerte en el empeño, parejita. Ya se sabe que, salvo excepciones, procrear es gratis. Mantener a la prole, no; eso cuesta dinero, pero entre las posibles carencias que puedan tener Blanca y Borja no se encuentran las de tipo económico... y eso, aunque les duela, se lo deben a Tita Cervera.
