La crisis en la vecina Siria era el tema. Saker al-Johari y Mohammad al-Jayousi defendían apasionadamente posiciones contrarias. El primero, a la izquierda, acusó al segundo, a la derecha, con bigote, de defender las revueltas. Este dijo que al-Jayousi recibía dinero del gobierno de Asad y que por eso estaba de su parte.