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Con puntualidad, a las 13.30 horas, ni un minuto más ni uno menos, partió ayer el buque Assalama del muelle de Puerto del Rosario con destino a Tarfaya. A bordo, 56 vehículos y 162 pasajeros, en su mayoría de origen marroquí, que regresaban a casa después de varios años y con los coches cargados de regalos.
Aunque uno de los objetivo de la puesta en marcha de la línea con Tarfaya sea el aumento de las relaciones comerciales, el primer viaje de la línea de naviera Armas sirvió ayer para acercar a su casa y sus familias a muchos ciudadanos de origen marroquí. «Me ahorro tres días de viaje desde Cádiz hasta Agadir y 1.200 euros en billetes», proclamaba un sonriente Mohamed Al Bassa que, como el resto de los pasajeros con vehículos, llevaba el coche lleno hasta las tachas, desde mantas hasta pañales, pasando por alimentos y un robot de cocina que asomaba debajo de una lona que cubría la carga.
El buque Assalama partió ayer de Puerto del Rosario con 162 pasajeros y 56 vehículos a bordo. La capacidad total es de 400 pasajeros y de 100 vehículos. En menos de cuatro horas, estaba previsto que atracara en el puerto marroquí de Tarfaya. «Mi casa, mi familia, ahorrándome el dinero que cuesta el viaje en avión desde Las Palmas de Gran Canaria o en barco a través de Cádiz, no me lo puedo cree. El mismo día, en casa y por menos euros». M’Barka Brahim iba a ver a su hermanos en El Aaiún, a unos 45 minutos de Tarfaya, ataviada con sus mejores ropas. Su hermana Fátima se quedó en tierra y la despidió desde el muelle, «ya verás, ya, cuando se acerquen las fechas de la Fiesta del Cordero, seguro que el barco va cargado de gente. No es lo mismo pasarla aquí, fuera de casa, que con los tuyos, con el olor del cordero saliendo de todas las casas».
Junto a los ciudadanos marroquíes, el resto de los pasajeros parecía tener diferentes objetivos: tres amigos en unas motos tipo rallye París-Dakar, los chicos con mochilas y las tablas de surfing, algún que otro empresario, los periodistas a hacer el primer reportaje de la nueva línea. En algún momento, pareció que el buque no iba a partir puntual, puesto que todos los coches (y sus cargas voluminosas) y pasajeros debieron pasar por los controles de la Guardia Civil y la Policía Nacional, pero finalmente el Assalama lo hizo en hora.
En el muelle de Puerto del Rosario, también se dieron cita ayer a mediodía el alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales, y Mario Cabrera, presidente del Cabildo, que alabó el empeño de las instituciones y la sociedad majoreras en conseguir la frontera Schengen, esto es el libre tránsito de ciudadanos de terceros países. «Estamos abriendo hoy una puerta comercial con África, con la que siempre ha habido lazos comerciales e históricos. Se puede decir que Fuerteventura se está convirtiendo, con la puesta en marcha de la línea de Armas, en la puerta sur de Europa para poder colaborar también con el desarrollo social y económico de África».
Mario Cabrera recordó que Armas está empezando a operar con Marruecos «y hasta la propia naviera se ha visto sorprendida por la rápida aceptación». El primer mandatario majorero está convencido de que, en las próximas semanas, el movimiento de pasajeros se multiplicará.
En Tarfaya, dos ministros marroquíes y varios medios de comunicación esperaban ayer al Assalama. El viaje de inauguración oficial está previsto para el 12 de enero, con otro tipo de pasaje, claro.
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