«50 días sin la familia es duro»
Viernes, 21 de enero 2011, 09:52
Alonso Hernández es uno de los canarios que el próximo jueves 27 de enero zarpará en el buque Sarmiento de Gamboa desde Gran Canaria hasta República Dominicana. Es el jefe científico de uno de los tramos de la expedición Malaespina, que recorrerá los mares para analizar el cambio climático.
Cumplirá 40 años el 28 de febrero, y lo hará en plena travesía marítima a bordo del buque Sarmiento de Gamboa con rumbo a República Dominicana. Alonso Hernández, catedrático de Oceanografía de la ULPGC, es uno de los científicos canarios que forma parte de la expedición Malaespina, que recorrerá los mares de la Tierra con dos buques durante nueve meses para analizar el cambio climático.
Alonso será el jefe científico de la ruta que realizará el buque Sarmiento de Gamboa entre Las Palmas de Gran Canaria y Santo Domingo, en República Dominicana. La expedición partirá el próximo jueves 27 del Puerto de La Luz y Las Palmas, por lo que es en estos días cuando más se le acumula el trabajo para que todo esté listo justo a la salida.
Aunque ya lleva ocho trayectos similares a sus espaldas, sigue con la misma ilusión que el primero, porque confiesa que le apasiona lo que hace. «Me encanta. Para mí es una satisfacción cada vez que soy elegido para embarcar, aunque estar 50 días lejos de la familia como va a pasar ahora es duro. De todas formas, los resultados y la convivencia con los compañeros compensa todo eso».
El teléfono no deja de sonarle desde hace semanas. Él mismo asegura que tiene que hacer «encaje de bolillos» con los cuadrantes, porque es el encargado de que no falte ninguna pieza del material que se va a utilizar en el buque, del reparto de los laboratorios para el personal científico y hasta de dividir los camarotes para que quienes lo compartan tengan los mismos horarios. «Llevo dos meses preparando todo esto».
Además del «importante y enorme» trabajo de investigación que va a poder llevar a cabo, para Alonso lo mejor es la convivencia con sus compañeros. «Los mejores amigos y los mejores recuerdos son los que quedan después de 50 días en un barco. Y también los mejores motes que se ponen surgen ahí».
